A mi entender, un análisis sosegado no puede sostener estas tesis apocalípticas dignas de los noticiarios de Pedro Piqueras. A pesar de tratarse de unos resultados desastrosos para el PSOE, estos no sólo no suponen un cambio esencial de la estructura de competición partidista de nuestro país sino que probablemente representan el inicio de un ascenso progresivo del Partido Socialista.
Para entender qué futuro le depara al PSOE debemos primero analizar cuáles son los orígenes de su actual situación. En mi opinión, la crisis del PSOE proviene esencialmente de la confluencia de dos factores: (i) el perfil marcadamente ideológico que el Presidente Rodríguez Zapatero adoptó en la primera legislatura y (ii) el paquete de recortes sociales aprobado hace apenas un año.
En primer lugar, parte de la explicación de la situación precaria en la que se encuentra el PSOE se gestó durante la primera legislatura. Entonces, el gobierno socialista consideró oportuno llevar a cabo una agenda de marcado perfil ideológico. Probablemente, Rodríguez Zapatero fue, como dijo hace unas semanas Juan José Millás en El País, el primer presidente de izquierdas que ha tenido nuestro país. Quizás, se trate incluso del único presidente del Gobierno con un claro perfil ideológico, pues todos sus predecesores (José María Aznar incluido) se esforzaron en crearse una imagen moderada y de gestión.
Esta agenda marcadamente ideológica del Gobierno reportó al PSOE notables réditos electorales entre el electorado de izquierdas: consiguió eclipsar a IU y polarizar el hemiciclo en dos bandos (el PP contra todos). No obstante, la contrapartida que tuvo que pagar fue la pérdida de votantes moderados (de centro y sin ideología). Ante un gobierno con un claro perfil ideológico, muchos ciudadanos moderados consideraron pertinente pasarse a las filas del PP. En suma, mientras el PSOE ganaba terreno por la izquierda, el PP lo hacía por el centro y entre los votantes sin ideología.
Durante los primeros años de crisis económica, el PSOE pudo contener la pérdida de votantes moderados gracias a las ganancias conseguidas entre el electorado de izquierda. Pero, este diseño de alianzas se resquebrajó el 12 de mayo del 2010 cuando el Presidente anunció en el Congreso un duro paquete de recortes sociales. Desde entonces, los apoyos del PSOE entre la izquierda no han cesado de caer. En efecto, los recortes sociales han roto la vieja estrategia socialista de compensar los costes de la crisis económica con políticas sociales.
Ante este diagnóstico de la crisis socialista, ¿qué futuro le depara al PSOE en los próximos meses? A mi entender, ambos procesos pueden ser poco a poco corregidos sin excesivos sobresaltos y, por supuesto, sin tener que recurrir a refundaciones u otras ocurrencias desesperadas. Por un lado, el control del PP de la práctica totalidad de los gobiernos regionales puede, de hecho, representar una ventaja para el Gobierno. En los próximos meses el PP deberá empezar a gobernar en un contexto de dificultades económicas. La temporada de recortes (que estratégicamente se pospusieron hasta después de las elecciones) empieza en pocas semanas y, en esta ocasión, será el PP el responsable de llevar a cabo estas medidas tan impopulares. La imagen de unos gobiernos del PP recortando servicios como sanidad o educación puede representar un alivio para el PSOE. Sin duda, el Gobierno socialista agradecerá que de “Sólo ante el peligro” se pase a westerns más amables como “Dos cabalgan juntos”.
Por otro lado, el relevo de Rodríguez Zapatero también puede ser el inicio de la reconciliación con los votantes más moderados. Esto no dependerá tanto del candidato ganador como del proceso que se siga para su elección. Los candidatos mejor posicionados, Carme Chacón y Alfredo Pérez Rubalcaba, gozan de una valoración similar entre los votantes de centro y su popularidad entre los moderados es mayor que la de Rajoy i la Rodríguez Zapatero. Si bien ambos pueden representar alternativas atractivas para los votantes moderados, es importante que el PSOE evite a toda costa que la crispación y la confrontación marquen el proceso de primarias. Es bien sabido que los moderados no son nada partidarios de las discrepancias y las peleas internas, pues son percibidas como un síntoma de un partido divido y poco preparado para gobernar.
En definitiva, es probable que durante los próximos meses veamos como la coyuntura política deja de cebarse con el PSOE. Entre otras cuestiones, los próximos meses estarán marcados tanto por los previsibles recortes sociales a manos de los gobiernos regionales del PP como por la renovada imagen generada por un nuevo líder socialista más amable a ojos de los votantes moderados. Y no hay duda de que ambas cuestiones pueden ser de gran ayuda para suavizar la inevitable derrota electoral del PSOE en próximas elecciones generales.
Etiquetas: elecciones, españa
La mayoría de la población gana menos que la renta media nacional (lo que es estadísticamente lógico)
- El ingreso medio mensual bruto (columna de la derecha) está por debajo de los €1.900, y de hecho, el "pico" máximo se sitúa en torno a los €1.000.
- Existe un segundo pico anómalo, entorno a los €3.000/mes, que es lo que ganan altos cargos, directivos y profesionales de ocupaciones bien remuneradas.
- Entre los más afluentes, existen picos menores a los €5.000, €9.000 y €20.000 de ingreso mensual, no necesariamente derivado de rentas del trabajo, por supuesto. Pero en cualquier caso, es interesante que la forma de la distribución no es suave, sino que contiene diversos picos, indicando que el mercado señala "umbrales" o escalones salariales más o menos claros.
Etiquetas: Desarrollo, economia, españa
La matriz de datos no está todavía disponible en abierto desde la web del CIS (aunque, gracias a la nueva política de esta institución, lo estarán pronto), pero sí los marginales de las respuestas. Os muestro aquí abajo algunos datos interesantes, que indican que, en general, a los españoles sí les gusta la Navidad en sus diferentes dimensiones, aunque para algunos es momento de tristeza y melancolía. La connotación religiosa de la Navidad es más o menos minoritaria, aunque menos de lo que podríamos esperar; la dimensión familiar de estas fiestas es obvia y contundente. En términos económicos, la Navidad no se consideraba especialmente problemática en 2004; cabría ver qué resultados se obtendrían en este 2008 donde el pesimismo económico parece haber impregnado amplias capas de la sociedad
En un primer gráfico podemos ver la proporción de gente que dice que la Navidad le despierta alguno de los sentimientos listados:
En la tabla siguiente, podemos ver la distribución de respuestas a la pregunta “Hasta qué punto asocia usted las fiestas Navideñas?”, en relación a distintos ítems. Se comprueba que prácticamente un 50% de los entrevistados consideran la Navidad una fiesta con significado religioso. Una mayoría de aproximadamente el 88% la consideran una fiesta familiar y una mayoría de más del 90% la asocia a días de ilusión para los niños.
Finalmente, en el gráfico siguiente, podemos ver la distribución de respuestas a la pregunta “qué es lo que le gusta más de la Navidad?”, en porcentaje de respuestas. Es especialmente curioso ver que una mayoría de españoles (el 55%) responde las reuniones con la familia. En otras palabras, lo de ir a casa de los suegros no desagrada tanto...
En general, pues, parece que la Navidad gusta a la gente, y que tiene más componentes positivos que negativos -para una mayoría de la ciudadanía. De nuevo, estaría muy bien disponer de datos similares para este año, para comprobar si las perspectivas de crisis estan de algún modo mermando la ilusión navideña, siempre tan acompañada de esfuerzos económicos.
De cualquier modo, y con mucho cariño, desde La Moqueta no queremos dejar de desearos unas felices fiestas.
Accidentes aéreos y Juegos Reputacionales
2 Ocurrencias Escrito por Alex Guerrero el 29.8.08 a las 15:10.

Las compañías aéreas se enfrentan a lo que los economistas llaman un juego reputacional, de señales. Deben indicar a los pasajeros que realizan niveles óptimos de mantenimiento de su flota, y su plantilla es profesional y disfruta de los adecuados descansos entre trayectos. A su vez, deben presupuestar niveles de mantenimiento y tamaños de plantilla que puedan asumir teniendo en cuenta otros costes (tamaño de la demanda, precio del petróleo). Pero en ese difícil equilibrio, siempre primarán mantener su reputación de compañías seguras frente a ganancias marginales surgidas de recortar los costes de personal o mantenimiento. Esto es así porque desastres como el de Spanair en Barajas tiene unos efectos devastadores en la imagen de la compañía que adquieren los consumidores.
En cualquier medio de transporte, existen dos factores principales que pueden conducir a un accidente: un fallo mecánico o un error humano (propio o ajeno). Los fallos técnicos serán más frecuentes en aparatos que han sufrido un gran desgaste (antigüedad) sumado a un deficiente mantenimiento. Del mismo modo, aunque menos controlable, los errores humanos serán más frecuentes cuanto más cansados se encuentren los pilotos y menos formación y experiencia tengan.
Del mismo modo, la reputación es especialmente importante en una época en que las compañías aéreas necesitan fusionarse y adquirirse unas a otras para subsistir, y la señal que se da a los posibles compradores tras un accidente así reduce y mucho el valor de la compañía accidentada.
Lo más irónico de este juego reputacional es que ha convertido a la aviación, en comparación con los ferrocarriles, el transporte en bus o en coche, en el medio más seguro para el transporte humano. En la gráfica de abajo vemos como el transporte aéreo es un 60% más seguro que el transporte ferroviario. ¡Y casi 20 veces más seguro que viajar en coche!
Fuente: UK Department of Transport
POLÍTICAS REGULATORIAS ADECUADAS
Aún así, fuera de los incentivos que genera el mercado para que las compañías aéreas actúen responsablemente, las políticas aéreas, regulaciones y estándares que los gobiernos adoptan tienen un gran impacto en la seguridad y el precio del transporte aéreo. Así, si bien es verdad que factores como la antigüedad de la flota aérea o cuán rico sea el país y sus ciudadanos (y esperaremos más accidentes aéreos en Turquía o Brasil que en Noruega), la calidad regulatoria del sector aéreo y el tamaño de las compañías determina mucho sus grados de seguridad, en comparación con otras.
En la siguiente tabla observamos las probabilidades de sufrir un accidente (por millón de vuelos) en las grandes compañías aéreas europeas. Aunque en términos absolutos las diferencias entre ellas son reducidas, se puede decir que en general, cuanto más pequeña es la compañía, y menos desarrollado es el país, más probabilidades de sufrir un accidente.
Fuente: Airsafe (2008)
La importancia de buenas regulaciones y la implantación de estándares de seguridad adecuados se hacen más obvias si contrastamos la seguridad aérea en esos países con los indicadores del Banco Mundial sobre gobernabilidad y calidad regulatoria de esos mismos países. El patrón indicado anteriormente se hace especialmente notorio cuando comparamos a las compañías turcas con otros países europeos. Esta notable diferencia proviene, sobre todo, del hecho de que la mayoría de regulaciones aéreas provienen de Bruselas, de forma que vemos claramente como los turcos, al estar regulatoriamente "fuera de Europa", sufren una mayor inseguridad en sus aerolíneas.
En el gráfico, de cara al Ránking en calidad regulatoria (el valor en verde oscuro), la nota ideal es un uno. Es decir: cuanto más nota, menos calidad.
Fuente: Banco Mundial (2008) y Airsafe (2008)
¿ES SEGURO VOLAR?
Últimamente parece que se suceden en la prensa decenas de accidentes aéreos, pero se debe más a la atención mediática sobre el asunto que una ola de desastres momentánea. Pese a que cada semana o dos se produce un accidente en el mundo, lo cierto es que las probabilidades de que suframos una desgracia la próxima vez que tomemos un avión MD-87 son menores que la de que nos toque la lotería dos años consecutivos.
O como decía aquel estadístico: las probabilidades de que en un avión vayan dos bombas son tan remotas, que siempre me aseguro de llevar yo una en mi maleta para sentirme más seguro.
(Artículo publicado en ADN)
Etiquetas: ciencia politica, españa, teoria de juegos
Especialmente será el caso de los jóvenes inmigrantes trabajando en la construcción, que suponen al menos un millón de empleados. Un trabajo reciente del IESE encontró que la ola de inmigrantes que se incorporó en la última década al mercado de trabajo español lo hizo en condiciones de alta temporalidad y generalmente estaban sobre-educados para los trabajos que debían hacer.
El mapa del paro
Incluso en las regiones más afectadas, no todo el mundo va a tener la misma probabilidad de terminar el año en el INEM. El mercado de trabajo español tiene la característica, común a otros países mediterráneos, de generar dos mundos laborales casi independientes. En uno se encuentran los asalariados con contrato fijo, que ven más o menos indexado su salario ante una inflación creciente. En el otro, todos los trabajadores temporales, que verán como sus salarios se comprimen en los próximos dos años, y sus probabilidades de ser renovados se desvanecen. Sin duda, la peor situación posible la vivirán aquellos que se encuentren en una autonomía muy afectada por el colapso del ladrillo, y sus condiciones laborales no les ofrezcan demasiada estabilidad.
Hace una semana, el secretario de Estado de Hacienda, Angel Ocaña, compareció ante los medios para abrir la caja de Pandora y publicar las famosas Balanzas Fiscales de las comunidades autónomas respecto al gobierno central. Como ya advertíamos, si existe un tipo de debate que, pudiendo ser muy útil, tiende a caer en el excesivo simplismo y a generar muchas frustraciones en todas partes, es éste. Por eso conviene ir un poco más allá del ruido mediático y poner luz al asunto.
¿Dónde gasta el Estado?
Las transferencias a los gobiernos autonómicos y locales, los impuestos cedidos, así como el gasto en sanidad, educación y servicios sociales son claramente territorializables. Del mismo modo, la mayoría de inversiones en infrastructuras se pueden atribuir a territorios, aunque se puedan beneficiar también los ciudadanos de comunidades vecinas.
Pero uno de los grandes problemas al analizar las balanzas fiscales es que la mayoría del gasto del Gobierno central se produce en bienes públicos, es decir, en bienes de los que se beneficia todo el mundo, independientemente de dónde se encuentre (como la defensa o el seguro de desempleo). De hecho, el gasto realmente territorializable del Estado es de, tan sólo, un 26,86% (Ángel de la Fuente; Instituto de Análisis Económicos-CSIC, 2000). Se hace imposible medir la distribución del gasto en relaciones externas, defensa, investigación, ayuda al desarrollo, o en tener instituciones reguladoras de los mercados eficaces, porque todos los ciudadanos (y autonomías) son beneficiarios de ello, aunque financien esos bienes públicos de acuerdo a su nivel de desarrollo.
Sin embargo, si observamos atentamente el debate en los medios, cuando se habla de déficit fiscal, en realidad lo que quieren decir es déficit en infraestructuras y servicios básicos. Y ahí el debate sobre las balanzas fiscales cobra sentido: ¿cuáles son las necesidades ciudadanas y ecónomicas en infrastructuras y servicios básicos? ¿dónde están los cuellos de botella? ¿qué priorizar?
Sólo la tercera pregunta no tiene una respuesta técnica, y corresponde a los políticos electos priorizar nuestras necesidades de la mejor manera posible, y a los votantes, juzgar si esas prioridades responden a sus intereses.
¿Por qué pagan más Madrid, Baleares o Cataluña?
El segundo problema es que es si entráramos en el Ministerio de Hacienda, nos sería difícil identificar quién está pagando los Presupuestos Generales del Estado. Cuando el Secretario de Estado de Hacienda presentó el informe sobre las balanzas fiscales, tuvo que reconocer que usaron metodologías distintas con diversos resultados. Primero, porque los ciudadanos pagan de acuerdo a su ingreso (IRPF) y sus actividades económicas (IVA, sociedades). Segundo, porque impuestos como los aranceles a las importaciones afectan a todos por igual, independientemente de dónde estemos.
Dicho esto, la distribución actual de renta entre individuos y empresas, sean de la autonomía que sean, es lo que explica que Madrid, Baleares o Cataluña estén a la cabeza en cuanto al esfuerzo conjunto. Esas autonomías concentran un mayor número de gente rica y sedes empresariales. Y ellas soportan una carga mayor que financia no sólo las infraestructuras de todos, sino también ese 75% de bienes públicos no territorializables.
¿Qué hacer?
Una de las carencias del sistema autonómico español, que le aleja del modelo alemán o norteamericano, es que las autonomías tienen una responsabilidad fiscal limitada. Por ejemplo, aunque quisiera, Valencia no tiene capacidad para aumentar los impuestos a sus ciudadanos un poco más de la media e invertir en resolver muchos de sus cuellos de botella, sean puertos más eficaces, mejores autovías o programas de becas para aprender idiomas en el extranjero. No existe corresponsabilidad fiscal y, por tanto, los incentivos son perversos. Los gobiernos autonómicos y central se ven obligados a entrar en una constante lucha por priorizar sus propias necesidades frente a los otros. Permitir una mayor flexibilidad a los gobiernos autonómicos para ajustar los impuestos a sus preferencias sería un buen primer paso para quitar presión al conflicto territorial e introducir responsabilidad en las finanzas públicas. No sería necesario esperar a tener vientos ideológicos a nuestro favor en Moncloa para empezar a hacer cosas.
El segundo paso para el Gobierno sería profundizar en su campaña de transparencia. Saber cuáles son las balanzas fiscales entre autonomías es interesante, pero más interesante sería conocer cuales son las balanzas fiscales entre clases sociales o niveles de renta.
Por último, para no generar malas costumbres o incentivos perversos, la solidaridad interterritorial debería ser dependiente de los 'logros' de las autonomías más beneficiadas. Aquellas que utilizaran bien los superávit fiscales deberían ser premiadas con un esfuerzo mayor, mientras que aquellas que estuvieran malgastando su superávit en políticas inadecuadas, aunque electoralmente rentables, deberían ver este recortado. Introducir un poco de rendición de cuentas en el proceso de solidaridad hace a los 'solidarios' más generosos.
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Las buenas notas de las ministras… ¿durarán?
3 Ocurrencias Escrito por Lluis el 12.7.08 a las 11:19.

Etiquetas: españa, politica, Si ministro
En la gráfica de abajo se observa que durante el periodo 1996-2000, los ciudadanos se contagiaron del optimismo derivado de la gestión Solbes-Rato y el recobrado crecimiento de aquellos años, seguido por un periodo de continuidad donde todos esperaban que la situación económica siguiera su positivo curso. Tras la elección del gobierno socialista (2004), el pesimismo económico fue in crescendo, hasta alcanzar los actuales niveles récord, de una manera casi continua. Por lo que, lejos de ser un reflejo de la actual crisis, que empezó a hacerse patente en los últimos meses de 2007, los ciudadanos ya tenían instalada una desconfianza muy notable respecto a nuestro futuro económico como país. ¿Anticipaban el final del ciclo del ladrillo? ¿Es simplemente desconfianza en los socialistas manejando el dinero público? ¿Una mezcla de ambos?
1) Cuando la economía crece por debajo del 3%, como en 2002, 2003 y 2008, el desempleo crece de manera notable. La economía española necesita crecer por encima de ese ritmo para mantener o reducir su desempleo, que vuelve a estar por encima de la media europea.
2) El "milagro español" lleva experimentando desde que empezó en 1995-1996 choques adversos cada 5-6 años (en concordancia con las crisis internacionales), y el apunte pesimista es que la siguiente etapa de crecimiento era menos intensa, pese a las reformas y liberalizaciones del periodo anterior (que anunciarían una mayor capacidad de crecimiento, supuestamente, en la siguiente etapa).
Así que visto este contexto, vayamos a la pregunta del millón: ¿hasta cuando la crisis?
Si observamos el crecimiento pasado y las previsiones de crecimiento de la OCDE, el FMI, la Comisión Europea, y el Banco de España, de menos a más optimistas, estos estiman una media de 2% de crecimiento en 2008 y alrededor del 1.6% en 2009. A partir de 2010 , el FMI calcula que España retomará la senda del crecimiento por encima del 3%, y generando así el empleo destruido durante el periodo de cara a las elecciones de 2012.
Por lo tanto, no sería temerario afirmar que en Moncloa estarán tranquilos esperando la recuperación automática del ciclo económico dos años antes de las próximas elecciones. Y sin embargo, instalado tal grado de pesimismo en los votantes, es muy probable que éstos no recuperen su optimismo económico tan deprisa como le gustaría al señor Presidente.
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* Reinhart, C. and Kenneth Rogoff (2008). "Is the 2007 U.S. Sub-Prime Financial Crisis So Different? An International Historical Comparison" (Sin publicar)
Los datos, tal y como son presentados en El País, son relativamente poco informativos porqué se da solo la cifra absoluta de matrimonios. Debemos preguntarnos ¿qué representan estos números en relación a la población total de España y de cada una de las Comunidades Autónomas? Para ello, hemos tomado datos de población del Instituto Nacional de Estadística y hemos puesto estos datos en términos relativos al censo de población del año 2001.
Cuando miramos los datos relativos a la población, la idea que las comunidades “más progres” como Cataluña o Madrid son las que tienen más matrimonios gays, queda claramente confirmada. Madrid es la comunidad con un mayor número relativo, 2.8 por cada cien mil habitantes. Cataluña le sigue de cerca, con un 2.2 por cada cien mil. Les siguen Baleares, Asturias, Canarias, Aragón y Murcia. Las Comunidades con menos matrimonios gays son, como podríamos esperar, aquellas que concebimos como más tradicionales o “castas”: Galicia, con un 0.11 por cada cien mil habitantes, Castilla-La Mancha y Castilla-León, con 0.5, y Navarra con 0.6.
Por otro lado, podemos analizar cuál es la proporción de matrimonios entre mujeres y entre hombres. Vemos que, para el conjunto del Estado, un 70% de los matrimonios son entre hombres, y un 30% entre mujeres. Este dato es bastante chocante puesto que la población femenina es mayor que la masculina, y no tenemos ninguna razón para pensar que hay más hombres homosexuales que mujeres. Probablemente los datos no sean nada más que otro indicador de la (in)visibilidad en la que vive todavía el colectivo lesbiano en España (cosa que, por cierto, tengo entendido que ha sido objeto de la campaña “lesviana” en la edición del día del orgullo gay de este año). Las Comunidades con mayores niveles relativos de matrimonios entre mujeres (en comparación con los matrimonios entre hombres) son Melilla y Ceuta, Baleares, Cantabria, Navarra y Asturias, y aquellas con mayores niveles de matrimonios entre hombres son La Rioja, Madrid, Pais Valenciano, Murcia y Cataluña. No parece haber, sin embargo, una separación territorial entre hombres y mujeres homosexuales. Es más, las comunidades con más matrimonios entre hombres son también las comunidades con más matrimonios entre mujeres –esto se puede ver claramente en el gráfico siguiente:
En resumen, los datos evidencian que hay una division bastante clara entre dos Españas, en lo que al mundo homosexual se refiere, una España progre, avanzada y donde el matrimonio homosexual está llevándose a cabo con relativa normalidad (y seguramente con valores elevados debido a la concentración de gays de otros lugares en estas comunidades), y una España más rancia y atrasada en lo que a los valores se refiere, donde el matrimonio gay roza los valores nulos. En otras palabras, Cataluña y Madrid son a Navarra y las Castillas lo que Massachussets y California a Tejas y las Carolinas.
Esto lo escribíamos hace un par de semanas, pero cada día estamos más seguros que Solbes no va a salir bien parado en los próximos barómetros. El ministro de Economía era especialmente valorado por tener un marcado perfil de gestor, que se mantenía al margen de la dialéctica política de tertulia. El debate Pizarro-Solbes en la campaña electoral potenció aún más esa percepción, pues mientras el primero introdujo declaraciones poco afortunadas sobre terrorismo u otras cuestiones no económicas, el segundo se mostró seguro y convincente sobre su gestión y sus planes para el futuro.

Sin embargo, en las últimas semanas Solbes parece insistir demasiado en rechazar la mala situación en la que se encuentra la economía española. Negar en exceso la crisis que se avecina podía en su momento ayudar cambiar las expectativas de los ciudadanos. Pero sus esfuerzos parecen ya inútiles. Los datos demuestran que la percepción de crisis ya está bien instalada en la opinión pública. Ahora evitar obstinadamente la palabra “crisis” puede acabar girándose en contra del ministro. Vean como ejemplo el ridículo juego de tabú que se instaló en el gobierno catalán, aragonés y nacional cuando se evitaba inútilmente el término “trasvase” y se proponían alternativas como: “cañería”, “mini-trasvase”, “captación puntual” etc. De nada sirvió.
Con su insistencia en negar lo evidente, Solbes parece estar desviándose de ese rol de gestor al margen de las peleas políticas diarias que tanto le ha funcionado en el pasado. Ante este nuevo perfil del vicepresidente económico, ¿seguiremos viendo como su popularidad se mantiene al margen de la situación económica? Muy posiblemente no. Irónicamente, hemos llegado a una situación que cuanto menos hable Solbes de crisis económica peor le irá en las encuestas.
Mientras que el 71% percibe al PSOE como un partido moderado y sólo una reducida minoría del 16% lo considera muy o bastante radical, en el caso del PP sucede lo contrario: el 51% ve a este partido como muy o bastante radical y sólo el 37% cree que es moderado.
Las consecuencias políticas de quien considera al PP como radical son muy relevantes. Si son los votantes de izquierdas los que perciben al PP como radical, el resultado es que se activa “el voto del miedo”. En estas situaciones el PSOE se convierte en el punto focal de los votantes de izquierdas. El PP no perdería votantes en términos absolutos, pero su estrategia provocaría un aumento del voto al PSOE y, por ende, una pérdida relativa de votos. Algo similar ya comentamos en un artículo en Si ministro (centrarse para no asustar). Del artículo de Público se desprende que las conclusiones del PSOE van en este sentido.
Pero si los que perciben al PP como un partido radical son los votantes de centro, el resultado más probable es que los populares pierdan parte de su base electoral. Es decir, la pérdida de votantes del PP sería no sólo en términos relativos sino también en absolutos.
Dejadme que deje como evidencia empírica datos del CIS para ver cómo se comportaron los votantes de centro. Los dos gráficos de abajo comparan el recuerdo de voto por grupos ideológicos entre las encuestas postelectorales de 2004 y 2008. Los datos del CIS parecen indicar que quien más votantes de centro perdió en las últimas elecciones fue precisamente el PSOE, quien paso de recibir de un 40 a un 20 por ciento de los que se ubican ideológicamente en el 5. En cambio, este efecto no está tan claro en el caso del Partido Popular, cuyas pérdidas en ese espacio ideológico son más modestas.
El centro político según los datos del CIS se fue especialmente (en comparación a los otros grupos ideológicos) a las categorías de abstención y el misterioso “no contesta”. Está claro que por lo general el centro político no quedó satisfecho con la situación política de la anterior legislatura. Ambos partidos jugaron por los extremos; y parece ser que el PSOE es el que perdió más apoyos entre ese electorado.
Si el PP es muy radical y el PSOE muy poco, ¿por qué este último partido perdió más apoyos entre los votantes de centro? A priori parece algo incompatible, aunque como siempre hay muchos otros factores que entran en la ecuación. La explicación más sencilla, pero, es que simplemente los ciudadanos que valoran al PP como muy radical son sólo los votantes de izquierdas que no votarían al PP de todos modos. La opinión de los votantes de centro parece ser que es incluso la opuesta. A falta del estudio del PSOE, el instinto nos dice que, en la pasada legislatura, los votantes de centro percibieron especialmente al PSOE como un partido radical.
Conclusiones: El PP debe mejorar el efecto rechazo que generó su estrategia electoral de la pasada legislatura entre los votantes de izquierdas y que acabó activando el voto del miedo. Por otro lado, el PSOE debe tomarse en serio su perdida de base electoral entre los votantes de centro efectuando una legislatura más sosegada. Ya lo contaremos con más detenimiento en futuras anotaciones, pero la moqueta tiene la impresión que la tarea del PSOE puede ser más difícil que la del PP.

Los datos que recogemos son las estimaciones de voto según los barómetros del CIS de las legislaturas de Aznar y Zapatero. En ellos se puede apreciar el efecto luna de miel tras las elecciones. De las cuatro legislaturas destacan especialmente dos:
1-El primer gobierno de Aznar tiene curiosamente un periodo anti-luna de miel, seguramente debido a la inesperada “dulce derrota” del PSOE. Lo cierto, es que contrariamente a lo ocurrido en las últimas legislaturas, Aznar empezó su primer mandato sin contar con el entusiasmo del electorado español. Éste tuvo que esperar hasta la segunda parte de la legislatura (después de la caída de Borrell) para empezar a liderar las encuestas.
2-Por el contrario, el primer gobierno de Zapatero gozó de una luna de miel no apta para diabéticos. Si en enero del 2004 el PSOE perdía según el CIS por 6 puntos porcentuales, un mes después de su victoria éste aventajaba al PP por unos 10 puntos. Entonces, los populares fueron severamente castigados por la gestión del atentado del 11M a la vez que Zapatero conseguía ilusionar a gran parte del electorado con un nuevo talante. El problema es que las altas expectativas generan posteriores desilusiones. La caída de Zapatero en los primeros dos años de su legislatura es notable.
En la actualidad nos encontramos en el inicio de una nueva luna de miel. Ésta puede deberse tanto a la renovada ilusión que ha generado el nuevo ejecutivo de Zapatero, hábilmente vendido como renovado y femenino, como a la desaceleración del PP. Es de esperar que, como en las anteriores ocasiones, este aumento del PSOE post-electoral sea transitorio. Ahora bien, la duración de la nueva luna de miel que vive Zapatero puede que sea directamente proporcional a cuánto tarda el PP en ordenar sus asuntos internos. Por ahora parece que los barones territoriales presionan para mantener a Rajoy hasta su desgaste final en las elecciones autonómicas que se avecinan. Si así fuera, es muy posible que el asalto del PP no empezara hasta mediados del año que viene. Hasta entonces, sol, playa y barra libre de mojitos.
[nuestro modelo sugiere] que 2.8 millones de ciudadanos votaron en contra de Al Gore en el 2000 porque sus estados estaban demasiado secos o demasiado húmedos (...) el castigo climático le costó a Gore siete estados —Arizona, Louisiana, Nevada, Florida, New Hampshire, Tennessee, and Missouri—y casi tres veces más votos que los perdidos por la famosa "papeleta mariposa" de Florida. Los votantes respondieron a los problemas climáticos del 2000 (...) castigando al gobierno en las urnas
1- Las sequías a secas. ¿Castigaron al gobierno los pueblos vecinos de los pantanos al ver como día a día se quedaba sin agua? ¿Se trasladó a las urnas la preocupación o descontento de estos vecinos al ver el pobre estado de sus embalses? Siguiendo a Bartels la tabla 1 relaciona la evolución del caudal del pantano con la variación del voto al PSOE en los pueblos ribereños (en comparación con la variación del PSOE en el conjunto de su provincia). Como aún no ha habido cortes de agua y en la campaña electoral tampoco se amenazaba con futuros cortes, podemos asumir que los pueblos vecinos a los embalses eran los que más informados estaban del problema y, en consecuencia, los que más probabilidad tenían pensar en la sequía en el momento de votar.

Los datos parecen indicar que en ese momento no hubo relación entre sequía y votos. Los pueblos cercanos a los pantanos que más caudal perdieron en el último año no castigaron al gobierno más de lo que lo hizo el resto de su circunscripción. Es cierto que el crecimiento del PSC en algunos pueblos como Osor y Naves fue muy por debajo del resto de la provincia (indicando un castigo por la sequía). Pero en otros pueblos como Vilanova de Sau o Riudecanyes ocurrió lo opuesto. No parece pues que haya un patrón claro que relacione sequía con votos.
La tabla de arriba simplemente es un signo de que ser consciente de la sequía no lleva directamente a estar descontento con el gobierno. Es necesario otro elemento: la politización del tema. En España ya vimos que si el terrorismo no solía afectar en el voto de los ciudadanos en anteriores legislaturas, este tema empezaba a influir el voto en la legislatura 2004-2008 debido a la rotura del consenso entre PP y PSOE. Esto es una lección de que en España, las catástrofes (naturales o de violencia) inciden en el voto sólo cuando los partidos los activan como temas de confrontación política.
2-Las sequías, los trasvases y la politización del agua. Parece pues que la sequía por si misma no genera costes. Pero, ¿qué pasa cuando el gobierno entra a solucionar el problema decidiendo la redistribución de los recursos naturales con la oposición en contra? ¿Influye el agua en las elecciones entonces? En la historia reciente de nuestro país tenemos la guerra política por el Plan Hidrológico Nacional que ha enfrentado a dos comunidades -Aragón y Valencia-, sobretodo desde la segunda legislatura de José María Aznar. El gráfico siguiente mostramos el porcentaje de voto al PP en ambas comunidades. Claramente, se aprecia que las preferencias políticas de estas dos comunidades se separan a partir de la legislatura 2000-2004 con el Plan Hidrológico del PP. Seguramente, esta divergencia entre ambas comunidades tiene múltiples explicaciones. Pero, el agua, es posiblemente una de ellas.


En realidad los datos demuestran que Zapatero fue el único Presidente que no apostó por un gobierno más joven que el de su predecesor. Lo hizo Felpe González en 1982, quien formó un gobierno ocho años más joven que el de Suarez/Calvo-Sotelo (aquí tratado juntos) y también José María Aznar en 1996, con ministros casi dos años más jóvenes de media con respecto a González. Sin embargo, Zapatero apostó por un gobierno veterano, recurriendo a políticos del período de Felipe González.
Parece, pues, que no se debe a un problema de oferta sino más bien una cuestión de demanda. Zapatero ha querido incorporar mujeres en su equipo que además sean manifiestamente jóvenes. Así consigue con un solo movimiento mandar dos señales a la opinión pública: (i) mostrar su compromiso con la igualdad de género; y (ii) mandar un mensaje de un gobierno joven. Esto último, puro marketing.

¿De donde vienen los votantes de UPyD?
Si examinamos los 21 distritos de Madrid y los ordenamos en función de la renta, observamos rápidamente que UPyD ha cosechado más votos en los distritos más ricos que en los más humildes (ver gráfico 1). La correlación estadística es muy fuerte, y nos indica que el partido de Rosa Díez ha calado entre las clases medias y altas madrileñas, más que entre la clase trabajadora.
Por su parte, seguramente para sorpresa de muchos que pudieron ver a UPyD como una tapadera del PP, se puede concluir con cautela* que el partido de Rosa Díez ha atraído sobre todo a votantes de izquierda probablemente desencantados con la política territorial y antiterrorista.
* Porque hay que evitar confundir cambios en el voto dentro de un distrito, provincia o autonomía con transferencias entre partidos (falacia ecológica).
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¿Después de Gallardón? El Gallardonismo
6 Ocurrencias Escrito por Alex Guerrero el 3.3.08 a las 18:01.

Muy recomendable (leer).
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Una posible consecuencia electoral de esta política tribalista es que permite a los partidos fidelizar a sus votantes. En efecto, en estos cuatro años el PSOE ha conseguido aumentar el volumen de fieles en comparación con otras elecciones (ver gráfico). De hecho, la gente que declara que volverá a votar al PSOE es el más alto en toda la serie 1993-2008. El PSOE ha sido capaz en estos cuatro años de mejorar la lealtad de sus votantes, lo que es sin duda una buena noticia para este partido.
En cambio, lo contrario ocurre con el PP. Este partido por lo general goza de unos niveles de lealtad muy superiores a los del PSOE. Aunque esta regularidad se mantiene en el 2008, es destacable que el porcentaje de fieles es el más bajo desde 1993. El margen respecto al PSOE era en 1993 de 20 puntos, en cambio hoy es de poco más de diez.
Gráfico: % de leales en el PP y PSOE
fieles o leales: los que declaran haber votado al PP (o PSOE) en las anteriores elecciones y declaran que lo volverán a hacer en las próximas
Rajoy no pisará esta Moqueta (y muy probablemente tampoco la Moncloa), pero dejamos el mensaje por si alguien lo recoje a tiempo: mariano, deja de mirar hacia la derecha y sigue el lema de Edgar Rovira: "el equilibrio my friend".
Sobre Impuestos y Territorios en España
6 Ocurrencias Escrito por Alex Guerrero el 13.2.08 a las 07:55.

El discurso del centro, tanto del PP como del PSOE, es que la redistribución no se produce entre territorios, sino entre personas de diferente renta. Pero sucede que su distribución en el territorio no es homogénea, y así los ricos tienden a concentrarse en los polos de desarrollo, como Madrid, Cataluña o el País Vasco, y los menos afortunados en el interior y el sur. Por eso, si se publican las balanzas fiscales de las CCAA, en apariencia se observaría que existen desajustes entre lo que las autonomías dan y reciben, pero sería una ilusión producto de tomar el territorio, y no el individuo, como medida.
El discurso nacionalista argumenta que el territorio es tanto o más importante que el ciudadano como unidad de medida, porque la mayor parte de la inversión estatal se realiza en bienes públicos (p.ej. una autovía). Los bienes públicos tienen la característica de que beneficia a todas las personas en su radio de influencia (la seguridad, las infraestructuras, etc) independientemente de cuestiones como el nivel de renta individual. Por tanto, la balanza fiscal debe medir la inversión y gasto per cápita del estado en cada autonomía respecto a lo que ésta da.
Los ciudadanos, en realidad, tienen percepciones más complejas. Cuando son preguntados por cuál creen que es su situación fiscal personal (lo que dan menos lo que reciben) respecto al Estado, hay una historia que contar diferente en cada autonomía, donde se mezclan percepciones de riqueza relativa de la región y de inversión pública recibida:
La sensación de "agravio fiscal" está ligeramente relacionada con el nivel de renta. Así, las autonomías más ricas tienden a concentrar al grueso de los descontentos con su balanza fiscal con el Estado. Cataluña aparece así como la más agraviada, pero también diversas comunidades gobernadas por el PP. Como decía, esto pueda deberse a que consideren que el gobierno Zapatero no ha invertido en esas comunidades del mismo modo que hicieran los gobiernos populares, y se hayan sumado así al "agravio fiscal". Por lo demás, son excepciones lógicas a este modelo las autonomías con régimen foral (Euskadi y Navarra), que apenas contribuyen al Estado.
Tal vez el asunto se ve más claramente cuando se les pregunta a los ciudadanos si desean más descentralización del gasto estatal en favor de las Autonomías. Las más ricas, excepto Madrid (obviamente) y Aragón, estarían encantadas con este aumento de la descentralización. Pero, más interesante, también las más subdesarrolladas estarían encantadas de gestionar más pastel público a nivel autonómico.
Como es un tema sobre el que no hay respuestas convincentes, dejo este post abierto. Me gustaría leer las reacciones de los moqueteros y visitantes a los datos de arriba.
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