Comentamos en ADN que mientras el Gobierno empieza a reconocer la crisis y la posibilidad de entrar en una "recesión" (dos trimestres seguidos de crecimiento negativo), las expectativas de los ciudadanos hace mucho tiempo que distan de ser optimistas, alcanzando ratios de pesimismo no vistos en una década.
En la gráfica de abajo se observa que durante el periodo 1996-2000, los ciudadanos se contagiaron del optimismo derivado de la gestión Solbes-Rato y el recobrado crecimiento de aquellos años, seguido por un periodo de continuidad donde todos esperaban que la situación económica siguiera su positivo curso. Tras la elección del gobierno socialista (2004), el pesimismo económico fue in crescendo, hasta alcanzar los actuales niveles récord, de una manera casi continua. Por lo que, lejos de ser un reflejo de la actual crisis, que empezó a hacerse patente en los últimos meses de 2007, los ciudadanos ya tenían instalada una desconfianza muy notable respecto a nuestro futuro económico como país. ¿Anticipaban el final del ciclo del ladrillo? ¿Es simplemente desconfianza en los socialistas manejando el dinero público? ¿Una mezcla de ambos?
Si observamos a los datos reales de crecimiento y desempleo, en la tabla de abajo, podemos subrayar dos constantes:
1) Cuando la economía crece por debajo del 3%, como en 2002, 2003 y 2008, el desempleo crece de manera notable. La economía española necesita crecer por encima de ese ritmo para mantener o reducir su desempleo, que vuelve a estar por encima de la media europea.
2) El "milagro español" lleva experimentando desde que empezó en 1995-1996 choques adversos cada 5-6 años (en concordancia con las crisis internacionales), y el apunte pesimista es que la siguiente etapa de crecimiento era menos intensa, pese a las reformas y liberalizaciones del periodo anterior (que anunciarían una mayor capacidad de crecimiento, supuestamente, en la siguiente etapa).
Así que visto este contexto, vayamos a la pregunta del millón: ¿hasta cuando la crisis?
Si observamos el crecimiento pasado y las previsiones de crecimiento de la OCDE, el FMI, la Comisión Europea, y el Banco de España, de menos a más optimistas, estos estiman una media de 2% de crecimiento en 2008 y alrededor del 1.6% en 2009. A partir de 2010 , el FMI calcula que España retomará la senda del crecimiento por encima del 3%, y generando así el empleo destruido durante el periodo de cara a las elecciones de 2012.
La estimación del FMI (que la crisis durará algo menos de 3 años, empezando el último trimestre de 2007) encaja perfectamente con los hallazgos de un estudio* reciente realizado por Kenneth Rogoff (Harvard) y Carmen Reinhart (Maryland) y citado esta semana en Business Week. En él, observan las pasadas crisis financieras y, sobre todo, del "ladrillo" durante las últimas décadas, detectando cinco casos de grandes crisis (España 1977, Noruega 1987, Finlandia y Suecia 1991, y Japón 1992). En estas cinco crisis, que encajan en cierta forma con la situación actual, la crisis se resolvió en tres años. Lo mismo fue para el resto de crisis económicas observadas, aunque la intensidad de la crisis fue menor.
Por lo tanto, no sería temerario afirmar que en Moncloa estarán tranquilos esperando la recuperación automática del ciclo económico dos años antes de las próximas elecciones. Y sin embargo, instalado tal grado de pesimismo en los votantes, es muy probable que éstos no recuperen su optimismo económico tan deprisa como le gustaría al señor Presidente.
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* Reinhart, C. and Kenneth Rogoff (2008). "Is the 2007 U.S. Sub-Prime Financial Crisis So Different? An International Historical Comparison" (Sin publicar)
En la gráfica de abajo se observa que durante el periodo 1996-2000, los ciudadanos se contagiaron del optimismo derivado de la gestión Solbes-Rato y el recobrado crecimiento de aquellos años, seguido por un periodo de continuidad donde todos esperaban que la situación económica siguiera su positivo curso. Tras la elección del gobierno socialista (2004), el pesimismo económico fue in crescendo, hasta alcanzar los actuales niveles récord, de una manera casi continua. Por lo que, lejos de ser un reflejo de la actual crisis, que empezó a hacerse patente en los últimos meses de 2007, los ciudadanos ya tenían instalada una desconfianza muy notable respecto a nuestro futuro económico como país. ¿Anticipaban el final del ciclo del ladrillo? ¿Es simplemente desconfianza en los socialistas manejando el dinero público? ¿Una mezcla de ambos?
Si observamos a los datos reales de crecimiento y desempleo, en la tabla de abajo, podemos subrayar dos constantes:1) Cuando la economía crece por debajo del 3%, como en 2002, 2003 y 2008, el desempleo crece de manera notable. La economía española necesita crecer por encima de ese ritmo para mantener o reducir su desempleo, que vuelve a estar por encima de la media europea.
2) El "milagro español" lleva experimentando desde que empezó en 1995-1996 choques adversos cada 5-6 años (en concordancia con las crisis internacionales), y el apunte pesimista es que la siguiente etapa de crecimiento era menos intensa, pese a las reformas y liberalizaciones del periodo anterior (que anunciarían una mayor capacidad de crecimiento, supuestamente, en la siguiente etapa).
Así que visto este contexto, vayamos a la pregunta del millón: ¿hasta cuando la crisis?
Si observamos el crecimiento pasado y las previsiones de crecimiento de la OCDE, el FMI, la Comisión Europea, y el Banco de España, de menos a más optimistas, estos estiman una media de 2% de crecimiento en 2008 y alrededor del 1.6% en 2009. A partir de 2010 , el FMI calcula que España retomará la senda del crecimiento por encima del 3%, y generando así el empleo destruido durante el periodo de cara a las elecciones de 2012.
La estimación del FMI (que la crisis durará algo menos de 3 años, empezando el último trimestre de 2007) encaja perfectamente con los hallazgos de un estudio* reciente realizado por Kenneth Rogoff (Harvard) y Carmen Reinhart (Maryland) y citado esta semana en Business Week. En él, observan las pasadas crisis financieras y, sobre todo, del "ladrillo" durante las últimas décadas, detectando cinco casos de grandes crisis (España 1977, Noruega 1987, Finlandia y Suecia 1991, y Japón 1992). En estas cinco crisis, que encajan en cierta forma con la situación actual, la crisis se resolvió en tres años. Lo mismo fue para el resto de crisis económicas observadas, aunque la intensidad de la crisis fue menor.Por lo tanto, no sería temerario afirmar que en Moncloa estarán tranquilos esperando la recuperación automática del ciclo económico dos años antes de las próximas elecciones. Y sin embargo, instalado tal grado de pesimismo en los votantes, es muy probable que éstos no recuperen su optimismo económico tan deprisa como le gustaría al señor Presidente.
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* Reinhart, C. and Kenneth Rogoff (2008). "Is the 2007 U.S. Sub-Prime Financial Crisis So Different? An International Historical Comparison" (Sin publicar)
Respecto a la primera gráfica, de la confianza de los españoles en si la economía irá a mejor o a peor, yo tengo mi particular explicación para parte de esas grandes diferencias que se aprecian:
Por un lado está claro que, sea por un éxito real, de marketing, o las dos cosas, el Partido Popular es percibido por los españoles como un mejor gestor económico. Rato fue un mago de las finanzas, incluso cuando en 2001 y 2002 crecíamos muy por debajo de las previsiones del gobierno o el IPC se disparaba por encima de lo esperado.
Por otro lado, la prensa conservadora suele golpear a los gobiernos socialistas en la herida de la economía con más intensidad de la que la prensa de izquierdas utiliza con los gobiernos conservadores.
Por último, los votantes de derechas suelen responder de forma más extrema a este tipo de preguntas (si gobierna el PP todo va muy bien pero si gobierna el PSOE todo va muy mal), mientras que los votantes de izquierdas son más honestos en sus respuestas.
Evaristo, si realmente la afinidad partidista tiñe las percepciones sobre la economía deberíamos esperar que las expectativas económicas mejoraran cuando gobierna la izquierda, pues en España hay más afinidad al PSOE que al PP. Un dato: según el CIS de febrero, el 50% quería que ganara Zapatero; el 26% Rajoy. Por lo tanto, a priori deberíamos pensar que el PSOE parte con ventaja.
Pero tu versión es algo más compleja: el sesgo partidista sólo ocurre entre la derecha. Ahora que recuerde es la primera vez que lo escucho. Y la verdad, no veo muy bien por que debe ser así.
lluis, es muy posible que yo no esté analizando los datos bien, pero lo que yo entiendo es precisamente que la afinidad partidista no tiñe las percepciones de la misma manera. En mi opinión (ya digo que no sé si analizando los datos correctamente o no), los votantes del PP son más pesimistas que los del PSOE cuando no gobiernan los suyos, y más optimistas cuando gobiernan los suyos. Un ejemplo: en la gráfica se ven unos resultados muy pesimistas sobre la expectativa económica en toda la legislatura anterior. Si miramos el CIS de Diciembre de 2006 (cruzado por recuerdo de voto), hace un año y medio, cuando nadie hablaba de crisis y todo eran buenas cifras económicas en España, un 19,2% de los votantes del PSOE creían que las cosas irían mejor el año siguiente, y un 12,9% que irían peor, frente a un 10,2% de votantes del PP que creían que iría mejor y un 37% que iría peor. Los pesimistas del PP casi triplicaban a los del PSOE.
No tengo los datos cruzados de 2000, por ejemplo, cuando también estábamos a un año y medio de una crisis económica, pero sólo con mirar la gráfica del post, en la que había tantos optimistas y tan pocos pesimistas (comparado con Diciembre de 2006), yo entiendo que los votantes del PP estaban siendo más optimistas que los del PSOE en 2006, y los del PSOE menos pesimistas que los del PP en 2006.
No sé, igual me estoy montando un follón bestial y no es así. ¿Tú qué crees?
Saludos
Os recomiendo un articulo de The Economist que me ha parecido muy informativo. Algo tangencial, pero con interesantes referencias a la relacion entre expectativas e inflacion:
http://www.economist.com/finance/displaystory.cfm?story_id=11622353
Los datos que apuntáis en este post son macroeconomicos y evolucionan siempre un paso por delante de la sociedad. es decir, que si hay crecimiento bajo, al cabo de unos meses es la gente quien lo sufre.
Quiero decir con ello que los estertores de esta crisis se arrastrarán unos años, pese a que, como apuntáis, en 2010, ya habrá acabado, al menos desde el punto de vista macroeconómico.
Con todo, y acabo, creo que o ZP se pone ya las pilas de forma proactiva o en 2012 le vendrá la crisis encima (con retraso).
Saludos
Evaristo, si encontrásemos el patrón que dices (que aún dudo de si es verdad en general), ¿cuál es el motivo? ¿por qué la derecha tiene unas opiniones más sesgadas?
Lo que podríamos hacer primero es comprobar si realmente este patrón existe. A ver si agarro algún tiempo para hacerlo este fin de semana y así podemos continuar el debate con más datos.
¿Te parece?
Pero quizás, Enric, las expectativas de los ciudadanos evolucionan más de acuerdo con los datos macroeconomicos. Y claro, para el ciudadano afectado por la crisis no es lo mismo tener un gobierno que lleva dos años acreditando que su economía crece que un gobierno que sigue sin ver la luz al final del túnel.
De acuerdo Lluis. Ya te digo que yo no he podido encontrar los datos del CIS cruzados por recuerdo de voto anteriores a esta pasada legislatura (no los veo en su web), y por eso mi razonamiento se queda cojo de evidencia por ese lado. Si tú los tienes estaría bien si pudieses ver si voy desencaminado o no.
¿Que por qué se daría este fenómeno? Bueno, yo aportaba un par de posibles explicaciones, aunque es posible que ahí caiga en un razonamiento circular: por un lado el PP es percibido por la mayoría, gobierne o no, haya crisis o no, como un mejor gestor económico; por otro, los medios de comunicación conservadores son en mi opinión más beligerantes en este tema. Explico esto último: en la crisis de 2001 y 2002, los periódicos o radios conservadores la definían como una crisis internacional, y los errores de predicción del gobierno sobre el PIB o el IPC eran aceptados sin más; en esta nueva crisis, se atribuye mucho más la responsabilidad al Gobierno, al que se desgasta con cada nuevo dato malo.