Los partidos políticos cuando se enfrentan a una contienda electoral deben ocuparse de dos frentes: fidelizar a su electorado "natural" y ganar nuevos apoyos de los más independientes. Durante estos años ya hemos hablado de que se ha producido una estrategia tribalista en la que cada uno se ha dedicado a cuidar su propia parcela. El PSOE lo ha hecho muy efectivamente con las políticas sociales; el PP esponsorizando conceptos muy queridos por su clientela como España, libertad y familia. El resultado de esto es posiblemente el desencanto de los moderados. Una aproximación de ello lo veíamos en la entrada anterior donde observábamos que la abstención declarada sólo aumentaba sustancialmente entre los votantes de centro.
Una posible consecuencia electoral de esta política tribalista es que permite a los partidos fidelizar a sus votantes. En efecto, en estos cuatro años el PSOE ha conseguido aumentar el volumen de fieles en comparación con otras elecciones (ver gráfico). De hecho, la gente que declara que volverá a votar al PSOE es el más alto en toda la serie 1993-2008. El PSOE ha sido capaz en estos cuatro años de mejorar la lealtad de sus votantes, lo que es sin duda una buena noticia para este partido.
En cambio, lo contrario ocurre con el PP. Este partido por lo general goza de unos niveles de lealtad muy superiores a los del PSOE. Aunque esta regularidad se mantiene en el 2008, es destacable que el porcentaje de fieles es el más bajo desde 1993. El margen respecto al PSOE era en 1993 de 20 puntos, en cambio hoy es de poco más de diez.
Una posible consecuencia electoral de esta política tribalista es que permite a los partidos fidelizar a sus votantes. En efecto, en estos cuatro años el PSOE ha conseguido aumentar el volumen de fieles en comparación con otras elecciones (ver gráfico). De hecho, la gente que declara que volverá a votar al PSOE es el más alto en toda la serie 1993-2008. El PSOE ha sido capaz en estos cuatro años de mejorar la lealtad de sus votantes, lo que es sin duda una buena noticia para este partido.
En cambio, lo contrario ocurre con el PP. Este partido por lo general goza de unos niveles de lealtad muy superiores a los del PSOE. Aunque esta regularidad se mantiene en el 2008, es destacable que el porcentaje de fieles es el más bajo desde 1993. El margen respecto al PSOE era en 1993 de 20 puntos, en cambio hoy es de poco más de diez.
Gráfico: % de leales en el PP y PSOE
fieles o leales: los que declaran haber votado al PP (o PSOE) en las anteriores elecciones y declaran que lo volverán a hacer en las próximas
¿Dónde han ido los votantes del PP? A la categoría "no sabe todavía". El porcentaje de ex votantes populares que hoy se declaran indecisos se ha doblado desde 2004, pasando del 6 al 12 por ciento. Este grupo además parece (sin la matriz original de datos tampoco podemos asegurarlo) proceder del centro. Nada raro teniendo en cuenta la campaña electoral del PP.
Rajoy no pisará esta Moqueta (y muy probablemente tampoco la Moncloa), pero dejamos el mensaje por si alguien lo recoje a tiempo: mariano, deja de mirar hacia la derecha y sigue el lema de Edgar Rovira: "el equilibrio my friend".
Rajoy no pisará esta Moqueta (y muy probablemente tampoco la Moncloa), pero dejamos el mensaje por si alguien lo recoje a tiempo: mariano, deja de mirar hacia la derecha y sigue el lema de Edgar Rovira: "el equilibrio my friend".
Muy revelador el dato que ofreces. Si lo sumamos al de la abstención... ¿podríamos obtener el resultado de que ex votantes del PP, declarados de centro, se van a abstener...? ¿o es mucho decir?
el PP esponsorizando conceptos muy queridos por su clientela como España, libertad y familia.
Lo del concepto de la libertad no deja de ser curioso, lo enarbola todo el espectro político, pero cada cual le da un valor diferente.
Ruibérriz.
No la verdadera "libegtad", Ruibérriz.
Casi se me salta la lágrima al ver mi nombre en el post.;)