Más sobre Solbes: ¿está la crisis pasándole factura?
3 Ocurrencias Escrito por Lluis el 2.10.08 a las 11:35.

La pregunta que dejábamos abierta era si el ocaso/eclipse del ministro Solbes se debía: (i) al error de desviarse de su tradicional perfil de gestor al margen de la disputa política diaria; o (ii) a un simple efecto secundario inevitable de la crisis. En la moqueta apostábamos por lo primero, pero eran meras intuiciones. Veamos algunos datos más que pueden (espero) ayudarnos a dar luz a la cuestión.

En el gráfico de arriba mostramos la caída de la valoración de Solbes (entre abril y julio) para diferentes grupos socioeconómicos. Los datos parecen mostrar que en los últimos meses Solbes ha decepcionado principalmente a tres grupos: a los estudiantes, a los agricultores y al los directivos/ profesionales. A primera vista los resultados no parecen del todo compatibles con la tesis de que la crisis está detrás del descenso de popularidad de Solbes. Según los datos del INEM , el crecimiento mensual del paro en los últimos meses ha sido, de media, el siguiente (por sectores): agricultura (2%) Industria (2.1%) construcción (5.9%) servicios (1.6%) y sin empleo anterior (1.7%). Así, los datos de los sectores afectados por el paro no parecen coincidir del todo con el castigo de Solbes:
Evidencia en contra
Los tres grupos socioeconómicos afectados no pertenecen mayoritariamente al sector más afectado por la crisis, la construcción. Un gran volumen de directores y profesionales trabajan en la administración pública y en el sector servicios, donde el aumento del paro se ha situado por debajo de la media. Lo mismo ocurre con la agricultura. Finalmente, los estudiantes no trabajan en ese momento pero podrían estar preocupados por la dificultad de encontrar su primer trabajo. Pero de nuevo los datos del INEM no parecen confirmar que este sector (los de primer empleo) sea especialmente fustigado por la crisis.
Si la crisis fuera el principal elemento de deterioro de la valoración de Solbes deberíamos observarlo especialmente entre los obreros no cualificados y los parados ya que una cuarta parte y una quinta parte respectivamente de estos dos colectivos trabajan en el sector de la construcción. Curiosamente, ni los parados ni los obreros se encuentran entre los más decepcionados con Solbes.
Evidencia a favor
Existen algunos patrones que son compatibles con la tesis de que la crisis está detrás del ocaso del vicepresidente económico. Por ejemplo, no es casual que sean los jubilados y los empleados del sector servicios los que menos castiguen a Solbes, pues ambos grupos se alejan (al menos de momento) del epicentro de la crisis. Además aunque el aumento del paro en la agricultura no ha estado por encima de la media durante los útlimos meses, los datos para el sector fueron especialmente malos en junio (con un crecimiento del paro del 4%), un mes antes del barómetro del CIS.
¿Es esto evidencia de que la caída libre de las notas del ministro se debe a otras cuestiones al margen de la crisis? Aunque con la evidencia de arriba no me atreva a ir tan lejos, lo cierto es que estos datos no parecen ofrecernos un patrón suficientemente parsimonioso entre damnificados por la crisis y caída de la popularidad de Solbes.
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Nota: cada grupo socioeconómico tiene su ideología y, obviamente, ésta podría estar detrás de la variación que presentamos arriba. Pero si observan el siguiente gráfico verán que la caída de popularidad de Solbes es más o menos similar para todos los grupos ideológicos excepto para los extremos. Las diferencias entre los valores 3-8 de la escala ideológica (dónde se encuentra la gran mayoría de los encuestados) es mínima por lo que no parecen que sean la explicación de las diferencias arriba encontradas.

Aunque seguramente algo hay de la primera explicación, la segunda nos parece hoy por hoy la más plausible. La caída de Solbes en las valoraciones de los ciudadanos no parece tanto debido al fin de la luna de miel como a un cambio de tendencia en la percepción de Solbes como buen gestor . La nota de todos los ministros ha caído tras la luna de miel, pero Pedro Solbes es quien se lleva la peor parte. La valoración del gobierno ha caído, de media, medio punto; la de Solbes el doble. El ministro ha pasado de ser uno de los ministros mejor valorados del gobierno a estar por debajo de la media. Por primera vez en todos los gobiernos de Zapatero, el ministro suspende en sus valoraciones con un 4,3. Un descenso de esta magnitud nos hace pensar que es el propio Solbes el responsable de parte de su creciente descredito. De hecho, hace unos meses ya lo advertíamos en La Moqueta. Entonces denunciábamos que Solbes estaba cayendo en el error de tomar un perfil más político y que se equivocaba al entrar en las peleas políticas diarias. Muy probablemente, este nuevo perfil de Solbes ya ha calado entre los ciudadanos. El resultado: Solbes ha perdido gran parte de su atractivo político.

Esto lo escribíamos hace un par de semanas, pero cada día estamos más seguros que Solbes no va a salir bien parado en los próximos barómetros. El ministro de Economía era especialmente valorado por tener un marcado perfil de gestor, que se mantenía al margen de la dialéctica política de tertulia. El debate Pizarro-Solbes en la campaña electoral potenció aún más esa percepción, pues mientras el primero introdujo declaraciones poco afortunadas sobre terrorismo u otras cuestiones no económicas, el segundo se mostró seguro y convincente sobre su gestión y sus planes para el futuro.

Sin embargo, en las últimas semanas Solbes parece insistir demasiado en rechazar la mala situación en la que se encuentra la economía española. Negar en exceso la crisis que se avecina podía en su momento ayudar cambiar las expectativas de los ciudadanos. Pero sus esfuerzos parecen ya inútiles. Los datos demuestran que la percepción de crisis ya está bien instalada en la opinión pública. Ahora evitar obstinadamente la palabra “crisis” puede acabar girándose en contra del ministro. Vean como ejemplo el ridículo juego de tabú que se instaló en el gobierno catalán, aragonés y nacional cuando se evitaba inútilmente el término “trasvase” y se proponían alternativas como: “cañería”, “mini-trasvase”, “captación puntual” etc. De nada sirvió.
Con su insistencia en negar lo evidente, Solbes parece estar desviándose de ese rol de gestor al margen de las peleas políticas diarias que tanto le ha funcionado en el pasado. Ante este nuevo perfil del vicepresidente económico, ¿seguiremos viendo como su popularidad se mantiene al margen de la situación económica? Muy posiblemente no. Irónicamente, hemos llegado a una situación que cuanto menos hable Solbes de crisis económica peor le irá en las encuestas.