La Moqueta Verde


El problema de la abstención se ha convertido en los últimos días en el “hot topic” de la política catalana. El importante aumento de la abstención del 38 al 46 por ciento en esta región justifica dicha polémica. A nivel estatal también ha aumentado la abstención aunque el cambio de algo menos de cuatro puntos porcentuales no ha sido tan preocupante. Las capitales de provinica andaluzas y catalanas están entre las más abstencionistas, siendo Barcelona la capital con el nivel más bajo de participación electoral. Las ciudades más participativas, por el contrario, fueron Segovia, Toledo y, sobretodo, Pamplona (con casi un 80 por ciento de participación) quizás por el tirón de la coalición Nafarroa Bai.


La participación en estas elecciones locales ha caído en la práctica totalidad del Estado. El siguiente gráfico muestra la evolución de la abstención en las diferentes comunidades autónomoas. La abstención ha aumentado en las comunidades que están encima la línea de 45 grados y, por lo contrario, se ha reducido en las que están debajo. Por lo tanto, sólo en Ceuta, Melilla y Navarra ha aumentado la participación. En efecto, en muy pocas capitales de provincia la abstención se ha reducido: Pamplona (4 puntos) Ourense (6.2), Ceuta (1,1), Melilla (0.1). Por otro lado la abstención ha crecido especialmente en Cataluña y Euskadi.

La explicación obvia de que Cataluña tenga una abstención menor es que las elecciones municipales no coinciden con las autonómicas y por lo tanto se trata de una jornada electoral de menor importancia. Pero eso no explica el aumento de la abstención en estas comunidades, pues este hecho se mantiene constante entre 2003 y 2007.

En la prensa han aparecido algunas explicaciones alternativas a la alta abstención. Sin ir mar lejos, "Pep" Montilla comentó que: la gente no vota porque “ya les va bien el gobierno que hay" .Es decir, según el President la abstención no es una expresión de alienación o desafección política, sino de conformismo o, incluso más, de satisfacción con lo que ya hay.

Esta interpretación es algo difícil de creer incluso por ciudadanos no licenciados en ciencias sociales. La investigación sobre la abstención es muy abundante y una de las principales explicaciones dadas a este fenómeno es que la participación esta relacionada con los recursos socio-económicos y la edad (y Justel, lo confirmó para España). Una razón de por qué jóvenes y viejos, las clases bajas y personas con baja educación votan menos es que estos factores recogen en cierta forma la alienación y el sentimiento de eficacia política de los votantes. Pero la satisfacción no parece que sea una cuestión que a priori me parezca razonable. Podría ser que los que están satisfechos con el gobierno se alienan o pierden interés por la política. Algo habrá, pero yo no lo veo como un factor explicativo relevante. En todo caso dejo en forma de gráfico un dato quizás nada sorprendente para muchos pero relevante para este debate: las personas más insatisfechas con los políticos declaraban haber acudido menos a las urnas (datos del CIS, Enero 2005).

Lo mismo ocurre con el interés por la política: los menos interesados son a la vez los que menos acuden a las urnas. Los resultados pueden parecer (y son en mucho sentidos) obvio, pero es importante insistir que la abstención no parece ser un simptoma de satisfacción con el gobierno sino más bien el contrario: deriva de la insatisfacción y desinterés.

Para mirar si este efecto también tiene vigencia en estas elecciones planteo la siguiente hipótesis: una implicación (algo arriesgada, lo sé) de la Teoría Montilla es que la abstención será mayor en los municipios donde el partido mayoritario que gobierna mejora más sus resultados. En las ciudades donde la ciudadanía está satisfecha con sus alcaldes, algunos votantes manifestarán su satisfacción acudiendo a la playa y otros acudiendo a las urnas y votando al partido mayoritario (como forma de premio). Los resultados vuelven a ser algo decepcionantes: no hay relación entre aumento del partido mayoritario y la abstención. Si hubiese alguna diferencia pero seria la opuesta. Aún siendo consciente de los arriesgados supuestos en este análisis, creo que no hay muchas razones para pensar que la abstención es una expresion de satisfacción. Pep haría bien en tomarse algo más en serio este asunto...


(gráfico: relación entre abstención y la variación del % voto del partido mayoritario en el municipio. Cada punto da un valor en cada una de las variables anteriores. La relación es negativa pero sin valor estadístico)

En todo caso, a parte de los factores individuales hay otras cuestiones contextuales que pueden influir en la abstención. Una explicación muy popular es que las elecciones más disputadas, donde no hay un ganador claro, animan a los votantes a participar más. Esto puede deberse a la percepción de que cada voto es más decisivo y, por lo tanto, vale la pena ir a votar e incurrir en costes de oportunidad como ir a la playa. Los datos de las elecciones locales 2007 y 2003 para las elecciones en las capitales de provincia si parecen ser consistentes con esta hipótesis. Aunque la relación no es muy grande, ésta es positiva y estadísticamente significativa: la abstención se reduce en los ayuntamientos donde la diferencia entre el primer y el segundo partido es menor.


(gráfico: relación entre abstención y distancia en % voto entre los dos principales partidos. Cada punto da un valor en cada una de las variables anteriores. La relación es positiva: a más distancia entre partidos -elecciones menos competititvas- mayor es también la abstención)

nota: capitales de provincia en Cataluña, País Vasco, Galicia y Andalucía no se incluyen. Al no coincidir con las elecciones regionales, los incentivos a participar en estas comunidades son muy diferentes al resto de regiones y por lo tanto no las considero comparables.

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6 Respuestas a “La abstención como la expresión de satisfacción con el gobierno que hay”

  1. # Blogger Alex Guerrero

    Jeje, le prestamos demasiada atencion a Montilla. Fijate que tonteria vino a decir, y como queda demostrado que ni el, ni aznar en 2003 ni ningun politico en el pasado tenian razon al querer interpretar la abstencion como aprobacion. La mayoria silenciosa no existe.  

  2. # Blogger Ferran

    Lluís: Veo que te gustó mi comentario de Montilla! Si es que... Montilla habla poco y cuando lo hace no sabe ni lo que dice... Además siempre esta a la defensiva como si el objetivo de todo el mundo fuera ofenderle. Vaya presidente que tenemos.  

  3. # Blogger Josu

    Felicidades por el análisis.
    Encaja con la noción aproximada que tenemos de lo que ha pasado también en las elecciones generales, ¿no?  

  4. # Blogger Lluis

    gracias josu,
    En las generales es interesante ver que cuando hay mayorías absolutas también hay más abstención. Las del 1986, 1989(casi) y 2000 la abstención es de alrededor del 30 por ciento. En cambio en elecciones más competidas (1993,1996 y 2004) la abstención se reduce a menos del 25% Eso si, als de 1982 hay mayoria clara y en cambio la participación es histórica... supogo que intervienen otros factores (el golpe?).  

  5. # Anonymous Anónimo

    Lluis, dos cuestiones sobre abstención.
    1)Si las elecciones cumplen las funciones de agregación de preferencias, control de los políticos y generadores del cumplimiento de sus promesas yo tengo la sensación que dichas funciones serían mejor satisfechas si el voto fuera obligatorio. Existen muy pocos países en los que el voto sea obligatorio ¿Hay alguna razón para que esto sea así?
    2) Si tal como nos indicas en tu post (y la gente del PSOE continuamente nos recuerda la abstención perjudica a la izquierda) ¿Por qué los partidos de izquierda no llevan en sus programas esta reivindicación?

    P.D. Nadie va a hablar de los partidos del sábado.  

  6. # Blogger Alex Guerrero

    El voto obligatorio tiene virtudes y defectos. Como virtud, fuerza a la gente a expresar sus preferencias. Esto es especialmente importante porque la gente con menos recursos economicos, tiempo, educacion, en la marginalidad, etc, tiende a votar menos: y eso contribuye a que no sean politicamente relevantes y, por tanto, sus intereses no se vean representados ni mejore su situacion.

    Por otro, forzar a la gente a votar es restringir sus opciones. Alguien simplemente puede no querer ir, y deberia tener la libertad de hacerlo. Se argumentara que el voto en blanco es una opcion, pero un efecto pernicioso del voto obligatorio es lo que llaman "donkey votes" (voto del burro), que componen entre el 5% y el 7% del sufragio en paises de voto obligatorio: la gente va y vota al azar o lo que le da la gana, sin ni siquiera preguntarse o conocer el partido al que votan. Les da igual. Y esta cantidad de voto aleatorio altera resultados y devalua el valor del voto de la gente que vota con conciencia.  

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