En la La Moqueta interpretamos (maliciosamente) que, con la siguiente demanda de Rajoy a Zapatero : "Voy a llamar al PSOE, porque, como él no va a formar Gobierno y yo tampoco, para que se abstenga en el debate de investidura. Si gano" (EL PAIS 05-03-2008), el líder popular intentaba instaurar una nueva regla que entonces llamamos MEIP (Más-Escaños-Investido-Presidente). Una regla que reflejaría (i) la preocupante falta de conocimiento de algunos políticos de nuestro país sobre las verdaderas implicaciones de las reglas de juego del sistema parlamentario o (ii) la voluntad de los dos grandes partidos de formar un cártel político para excluir el resto de formaciones políticas del juego político en el parlamento.
Desde La Moqueta nos alegramos de que Rajoy hoy vuelva a arropar los principios más básicos del parlamentarismo, desatendiendo su propia propuesta que seguramente fue fruto de un calentón en período electoral.
Desde La Moqueta nos alegramos de que Rajoy hoy vuelva a arropar los principios más básicos del parlamentarismo, desatendiendo su propia propuesta que seguramente fue fruto de un calentón en período electoral.
Etiquetas: politica
Donde esté un buen DDDDD (Donde-Dije-Digo-Digo-Diego) que se quite el MEIP...
Gracias por el enlace... me había perdido esto!!!
P. A finales de este año hay que designar al primer presidente estable de la UE. ¿A quién apoyaría usted?
[...]
P. El líder de la federación de partidos ultras y xenófobos en la Eurocámara ha propuesto que sea Aznar. ¿Está de acuerdo?
No entiendo, de verdad, la polémica respecto a este asunto. Encuentre las diferencias entre estas dos frases:
1) Le pediré que se abstenga si yo gano.
2) Me abstendré si él gana.
Hay un extraño silogismo gnóstico que me ha condenado al infierno. ¿Qué regla me pierdo? Acaso dejé de entender un "ya que" entre la proposición 1) y la 2)?
Porque, desde luego, leyendo lo que se lee en la entrevista:
R. Sí, pero llamaré al PSOE y le diré que tenemos que acordar el modelo de España; le diré que tenemos que tener un acuerdo en la lucha contra el terrorismo, un acuerdo para recuperar el espíritu del Pacto de Toledo para consolidar y modernizar nuestro sistema sanitario y el de protección social, y un acuerdo en materia de política exterior. Y lo más importante para la próxima legislatura, o al menos muy importante, el entendimiento constitucional, roto por primera vez en esta legislatura.
... tendencioso de mí, había entendido que serían las exigencias mínimas para abstenerse en la investidura. Si es que no hay nada más peligroso que un silencio o una línea en blanco...
Augie, responde al pricipio de reciprocidad (quizás más de naturaleza ética que lógica).
Pero en fin. Tampoco quería polemizar, sino más bien destacar (como ya hemos hecho en otras ocasiones) que a veces a los políticos les cuesta entrar en la lógica parlamentaria. Sobretodo cuando se refiere a una alianza de los pequeños en contra del grupo con más escaños.
Carai, su alta productividad, amigos de la moqueta, provoca que se me amontone el trabajo de postearles. Pero, ahí no es nada, voy a intentar llenarlos de alguna que otra ocurrencia.
He de confesarte, LLuís, que desconozco la intención del legislador en la elección del sistema electoral y que éste último no sea más que el producto de un momento y una coyuntura determinada. Creo como cierto que el peso específico a los escaños de algunos territorios parece responder a una concesión a determinados agentes políticos ante la posibilidad de una ruptura frente al sistema transitivo propuesto.
Pero tal como está éste definido parece obvio la imposibilidad, quasi de facto, del establecimiento de un sistema bipartidista en España: es innecesaria la anotación de que CiU siempre va a tener representación parlamentaria, por ejemplo.
Lo que debe hacer este señor o cualquier aspirante al bipartidismo es ganar precisamente en los territorios con identidades políticas diferentes, y no buscar en la socialdemocracia un pacto de Estado excluyente. Y es que el líder de la oposición quiere imponer el sistema bipartidista, ya no mediante la modificación legislativa, sinó sólo mediante el pacto con mister hyde. Y es que la realidad política ya no es wildeniana (muy british), sinó picassiana donde la realidad tiene diversas formas, abcisas y miradas.
Así fue que los espacios políticos que ocupan hoy en día los dos grandes estaban ocupados por pequeños partidos ideológicamente afines (por ejemplo el partido del admiradísimo profesor Tierno Galván o el PSC de Ernest LLuch, con grupo parlamentario propio o, en el caso de la derecha, por partidos totalmente diferenciados el uno del otro (FN, AP y UCD).
Pero hablemos de parlamentarismo.
Anotaciones a la sesión de elección de Zapatero como Presidente de Gobierno:
General: un candidato tranquilo, que se sabe ganador, sonriente, abierto. El mejor Zapatero que he visto nunca.
Sociovergencia: Idilio, cuasi pornográfico más que erótico, con CIU: financial times; acuerdos económicos ante la desaceleración; una Catalunya moderna y su biotecnología; promesa del estudio del trasvase del Ródano...
ERC: Federalismo ya no te quiero, ya no jugamos juntos. Buen debut de Joan Ridao, que muestra dotes de gran parlamentario (gran gestor del tiempo parlamentario: Catalunya sociedad viva, dinámica y culta que sabe lo que quiere; asfixia fiscal; infrastructuras; legislación de cercanías; cultura del agua; no a la recentralización del gasto social...). ¡Que te vas pal centro, ZP! !Que converges!Ya pagaremos las deudas, soberanistas...
IhU: ayyyy, el sistema electoral. Todo es culpa del sistema electoral...
Qué grande es la democracia...
A propósito de la ocurrencia de un servidor y como corraboración, te transcribo unas palabras del siempre interesante y nuevo gurú de la sociedad del conocimiento, don Eduard Punset (http://www.eduardpunset.es/blog/?p=129#more-129):
"Los españoles tienen un sistema electoral orientado, fundamentalmente, a reflejar la proporcionalidad. Después de una dictadura –cuando se diseñó el sistema tras la muerte de Franco– era lógico que así ocurriera. Importaba mucho que tuvieran voz y voto, por primera vez, cuantas más formas de pensar, mejor; no se podía olvidar a nadie o casi nadie. Lo que importaba era que, por fin, todo el mundo pudiera hacerse oír.
Ahora bien, una cosa es representar y otra, gestionar, y no tenemos el mejor sistema para ello. Sólo se gestiona adecuadamente desde la mayoría social y sólo se dan saltos adelante por consenso. La constitución del Estado del bienestar –impulsado por Bismarck en Alemania, los liberales en Inglaterra y la izquierda en Francia– es el ejemplo más patente. En un momento determinado, en cada uno de esos países se pusieron de acuerdo los representantes de las clases más adineradas y los de las clases trabajadoras en que no se podía dejar a su suerte a los eslabones más débiles de la cadena social. Sin el concurso de los dos, nunca se hubiera logrado. Lo demás son trifulcas, no verdaderos pasos adelante."