Bipartidismo contra Estado del Bienestar
6 Ocurrencias Escrito por Alex Guerrero el 20.5.08 a las 15:20.
Nos preguntamos hoy en Sí Ministro (ADN.es) si todo el debate sobre la reforma del sistema electoral (como bien resumen Becario en Moncloa y Geógrafo Subjetivo) no está perdiendo de vista el detalle de que las reglas electorales no son neutras.
Tras examinar las últimas cinco décadas en 'Capitalism, Democracy and the Welfare State' (2005), el politólogo Torben Iversen encontró que en los países con sistemas mayoritarios o pseudo-mayoritarios tienden a gobernar más a menudo partidos de centroderecha, mientras que en los países de sistema proporcional multipartidista, el centroizquierda está más presente en el largo plazo. Las implicaciones para el desarrollo o no del Estado de Bienestar y políticas redistributivas son obvias: la proporcionalidad se traduce en un mayor Estado de Bienestar y mayor igualdad de ingresos. Lo que no es tan obvio son las causas de esa regularidad empírica.
Iversen sugiere una explicación de clases sociales. Los votantes moderados, más comunes entre la clase media, pueden negociar en un sistema proporcional con el centroderecha y el centroizquierda políticas más moderadas. Y dado que la clase trabajadora es numéricamente mayor en democracia, tienden a aliarse con ésta más frecuentemente y a darles el poder (controlado). Sin embargo, en sistemas mayoritarios, el partido ganador del proceso electoral gobierna sin tantas restricciones parlamentarias, por lo que las opciones para el votante moderado se dividen entre el mantenimiento del statu quo que sugiere el centroderecha y la intensa redistribución hacia abajo que promueve el centroizquierda. En ese escenario, preferirá proteger su situación de clase media frente a tener que sufragar el crecimiento de un Estado de Bienestar sobre el que no tiene tanto control.
Es un argumento atractivo para explicar esa regularidad empírica que Iversen encuentra en las democracias desarrolladas, aunque faltaría probarlo mejor. En todo caso, en el debate sobre la reforma electoral deberíamos tener más en cuenta estas consideraciones que cuantos escaños podrían corresponderle a IU y los nacionalistas dependiendo de cada modelo.
Tras examinar las últimas cinco décadas en 'Capitalism, Democracy and the Welfare State' (2005), el politólogo Torben Iversen encontró que en los países con sistemas mayoritarios o pseudo-mayoritarios tienden a gobernar más a menudo partidos de centroderecha, mientras que en los países de sistema proporcional multipartidista, el centroizquierda está más presente en el largo plazo. Las implicaciones para el desarrollo o no del Estado de Bienestar y políticas redistributivas son obvias: la proporcionalidad se traduce en un mayor Estado de Bienestar y mayor igualdad de ingresos. Lo que no es tan obvio son las causas de esa regularidad empírica.
Iversen sugiere una explicación de clases sociales. Los votantes moderados, más comunes entre la clase media, pueden negociar en un sistema proporcional con el centroderecha y el centroizquierda políticas más moderadas. Y dado que la clase trabajadora es numéricamente mayor en democracia, tienden a aliarse con ésta más frecuentemente y a darles el poder (controlado). Sin embargo, en sistemas mayoritarios, el partido ganador del proceso electoral gobierna sin tantas restricciones parlamentarias, por lo que las opciones para el votante moderado se dividen entre el mantenimiento del statu quo que sugiere el centroderecha y la intensa redistribución hacia abajo que promueve el centroizquierda. En ese escenario, preferirá proteger su situación de clase media frente a tener que sufragar el crecimiento de un Estado de Bienestar sobre el que no tiene tanto control.
Es un argumento atractivo para explicar esa regularidad empírica que Iversen encuentra en las democracias desarrolladas, aunque faltaría probarlo mejor. En todo caso, en el debate sobre la reforma electoral deberíamos tener más en cuenta estas consideraciones que cuantos escaños podrían corresponderle a IU y los nacionalistas dependiendo de cada modelo.
Etiquetas: ciencia politica, Si ministro
La teoría planteada es interesante, pero sería necesario complementarlo con la distribución de las circunscripciones, que tanto en el Reino Unido como en los Estados Unidos tienen un sesgo conservador al dar mayor representación a zonas rurales.
Exacto, como bien dices la proporcionalidad (o no) es un subproducto de la ley de reparto que se aplique, el tamaño de las circunscripciones, el número total de diputados respecto a la población y el umbral mínimo de entrada.
¿Y ha estudiado como ha evolucionado en esas 5 décadas el Estado de Bienestar en esos países y las consecuencias (economía, electorales) de las aportaciones al mismo?
Por otro lado, ¿que opina de la evolución del EB en USA estos últimos años?
El argumento de Iversen (y Soskice) es muy atractivo, pero no está del todo bien establecido. El modelo teórico depende de condiciones un poco ad-hoc, como que los gobiernos nunca puedan imponer impuestos regresivos. En cuanto a la contrastación empírica, habría que ver si no es el caso que países con izquierdas más fuertes han elegido la RP, más bien que sostener que la RP ha favorecido el desarrollo de los programas políticos de la izquierda, de manera que la correlación entre la RP y el estado del bienestar sea espuria.
Con todo, yo sospecho que algo de verdad hay en el argumento.
Sí Augie. De hecho, lo que apuntaba aquí es un asunto lateral del libro. El elemento central es un modelo que trata de explicar cómo interactúan los gobiernos en la globalización: El problema es que la transformación rápida de la economía produce que muchas habilidades muy específicas (maestro zapatero) dejen de tener sentido (ese individuo pierde de golpe décadas de domínio de la técnica) y otras nuevas muy específicas se hacen imprescindibles para el despegue (ingeniero de sistemas).
En este entorno, los individuos necesitan garantías para aventurarse a adentrarse en una especialización por 5-10 años. Necesitan saber que habrá rendimientos futuros (señalado por políticas de inversión hacia ese nicho) que compensarán el esfuerzo de especializarse(reduciéndolo, por ejemplo, con becas). Y si al final ya no sirven, que se les acomodarán camino a otro nuevo nicho (desempleo + formación).
Ante esa disyuntiva, en muchos países (p.ej. EEUU) los empresarios han encontrado más receptividad en el gobierno cuando han defendido la tesis de que más globalización requiere más esfuerzo y menos estado de bienestar. Sin embargo en una mayoría de países europeos [no anglosajones] hubo mucha sincronía entre empresarios, gobiernos y trabajadores para potenciar las políticas que comentaba arriba.
Y esto engarza perfectamente con "qué" tipo de gobiernos (centroizquierda / centroderecha) se encuentran más frecuentemente cara a cara los empresarios y trabajadores de EEUU, Reino Unido o Alemania. Obviamente tambien deja mucho margen para los grises, pues entre Suecia e Irlanda/EEUU hay una gran gama de tonos.
En el trabajo de Iversen vienen las demostraciones empíricas más o menos convincentes.
Perdonad el rollo.
Alberto, estoy de acuerdo contigo en que hay bastante endogeneidad en el asunto. Como dijo Przeworski en Paper Stones,
"parties organize classes", y tiene mucho sentido que para evitar el dilema que plantean Iversen y Soskice, presionaran para que se estableciera RP en lugar de mayoritaria.
Con eso, no deja de ser interesante el hecho de que hay sistemas electorales proporcionales, "cuasi mayoritarios" de facto, que nos permiten observar si estos autores están en lo cierto.