Si, ministro -ADN.es
Durante estas tres décadas de democracia, el rol de las mujeres en la política española se ha ido equiparando progresivamente al de los hombres. No sólo hombres y mujeres se parecen cada vez más en sus actitudes políticas sino que también la igualdad de género está progresivamente penetrando en nuestras instituciones. El actual gobierno, “excesivamente rosa” para algunos estadistas de la talla de Berlusconi, parece haber culminado el proceso de paridad de género en el Consejo de Ministros. La nominación en la cartera de Defensa de una mujer en un estado avanzado de su embarazo se ha convertido en un icono que ha llenado numerosos titulares en rotativos del mundo entero. Con la composición del nuevo gobierno, el Presidente Zapatero ha logrado transmitir con suma eficacia su compromiso con la igualdad de género. Pero, ¿este fuerte impulso de la mujer en el Consejo de Ministros se ha extendido en el resto de instituciones políticas de nuestro país? La respuesta es no.
En el caso del poder ejecutivo, el porcentaje de mujeres en cargos directivos de rango inferior al de ministro parece ser considerablemente menor: según los cálculos de la politóloga Tània Verge el porcentaje de mujeres en el nivel de subsecretarías y direcciones generales del primer gobierno de Zapatero era de apenas el 22 por ciento, menos de la mitad que el porcentaje en el nivel ministerial. En el grado de direcciones generales, la llegada de Zapatero también supuso un avance con respecto a los gobiernos del Partido Popular, pero sin duda el esfuerzo paritario es precario si lo comparamos con el efectuado en el Consejo de Ministros. A falta de datos del actual gobierno, parece que Zapatero ha optado por la paridad sólo en los cargos del poder ejecutivo que son más visibles ante la opinión pública.
Fuente: El porcentaje de mujeres en el Congreso entre 1979 y 2004 provienen del artículo Verge, Tània (2006) “Mujer y partidos políticos en España: las estrategias de los partidos y su impacto institucional, 1978-2004”.REIS, 115/6 165-196.
Por otro lado, el poder legislativo se mantiene como un feudo masculino. Además, este nuevo Congreso representa un estancamiento en el número de escaños ocupado por mujeres. Si bien en la anterior legislatura el porcentaje de diputadas aumentó 8 puntos porcentuales (del 28% al 36%), el actual Congreso cuenta un porcentaje similar al anterior. De hecho, el grupo socialista cuenta en esta ocasión con una proporción algo menor de escaños femeninos, aunque éste se mantiene por encima del 40%. Sin embargo, por coherencia, sorprende que Zapatero no haya impulsado la presencia femenina en el poder legislativo con la misma contundencia que en su gobierno. Quizás sea por el menor impacto mediático de esta medida.
Los números del PP
A excepción de la legislatura de 1979-1982, el PP ha contado con una proporción menor de diputadas en su grupo parlamentario. Esto es así a pesar de tener un mayor porcentaje de afiliadas en su partido en comparación con el PSOE. Esta menor presencia de mujeres entre las filas conservadoras no es algo aislado de nuestro país. Desde donde les escribo, el Partido Conservador sólo cuenta con un 8% de diputadas en Westminster, mientras que en el Partido Laborista este porcentaje es del 29%. La menor presencia de mujeres en el parlamento británico se podría explicar en parte por su sistema de electoral (en el Reino Unido sólo se presenta un candidato por distrito). Si ponemos mucha imaginación y aplicamos el sistema electoral británico a España (p.e. 50 distritos donde sólo se presentaran los candidatos que encabezan la lista electoral), sólo habría un 10% de diputadas en el grupo popular. Esto se debe a que las listas de las circunscripciones donde el PP es fuerte siguen mayoritariamente encabezadas por hombres. Aunque se trata de un escenario hipotético bastante aventurado, éste parece indicar que el sistema de listas -como el español- permite a los partidos colocar mujeres en el parlamento con mayor facilidad.
Faltan el legislativo y el judicial
En nuestro país, el ritmo de inclusión de las mujeres en la política profesional es similar (y en el caso del Gobierno sin duda superior) a las tasas de participación de las mujeres en el mercado de trabajo. En la actualidad, nuestro Congreso de los Diputados es casi un fiel reflejo de la situación de las mujeres en el mercado laboral de nuestro país, pero el poder ejecutivo (si sólo contamos el Consejo de Ministros) está en la vanguardia en cuanto a la igualdad de género se refiere. No hay duda que el “gobierno rosa” de Zapatero supone un avance notable en este campo, pero esto no debería hacernos olvidar que las mujeres siguen infrarepresentadas en los poderes legislativo y judicial. En este último, la presencia de mujeres es pura casualidad: de los 20 miembros de su órgano directivo sólo dos son mujeres. Lamentablemente, aún queda mucho camino por recorrer.
Durante estas tres décadas de democracia, el rol de las mujeres en la política española se ha ido equiparando progresivamente al de los hombres. No sólo hombres y mujeres se parecen cada vez más en sus actitudes políticas sino que también la igualdad de género está progresivamente penetrando en nuestras instituciones. El actual gobierno, “excesivamente rosa” para algunos estadistas de la talla de Berlusconi, parece haber culminado el proceso de paridad de género en el Consejo de Ministros. La nominación en la cartera de Defensa de una mujer en un estado avanzado de su embarazo se ha convertido en un icono que ha llenado numerosos titulares en rotativos del mundo entero. Con la composición del nuevo gobierno, el Presidente Zapatero ha logrado transmitir con suma eficacia su compromiso con la igualdad de género. Pero, ¿este fuerte impulso de la mujer en el Consejo de Ministros se ha extendido en el resto de instituciones políticas de nuestro país? La respuesta es no.
En el caso del poder ejecutivo, el porcentaje de mujeres en cargos directivos de rango inferior al de ministro parece ser considerablemente menor: según los cálculos de la politóloga Tània Verge el porcentaje de mujeres en el nivel de subsecretarías y direcciones generales del primer gobierno de Zapatero era de apenas el 22 por ciento, menos de la mitad que el porcentaje en el nivel ministerial. En el grado de direcciones generales, la llegada de Zapatero también supuso un avance con respecto a los gobiernos del Partido Popular, pero sin duda el esfuerzo paritario es precario si lo comparamos con el efectuado en el Consejo de Ministros. A falta de datos del actual gobierno, parece que Zapatero ha optado por la paridad sólo en los cargos del poder ejecutivo que son más visibles ante la opinión pública.
Fuente: El porcentaje de mujeres en el Congreso entre 1979 y 2004 provienen del artículo Verge, Tània (2006) “Mujer y partidos políticos en España: las estrategias de los partidos y su impacto institucional, 1978-2004”.REIS, 115/6 165-196.
Por otro lado, el poder legislativo se mantiene como un feudo masculino. Además, este nuevo Congreso representa un estancamiento en el número de escaños ocupado por mujeres. Si bien en la anterior legislatura el porcentaje de diputadas aumentó 8 puntos porcentuales (del 28% al 36%), el actual Congreso cuenta un porcentaje similar al anterior. De hecho, el grupo socialista cuenta en esta ocasión con una proporción algo menor de escaños femeninos, aunque éste se mantiene por encima del 40%. Sin embargo, por coherencia, sorprende que Zapatero no haya impulsado la presencia femenina en el poder legislativo con la misma contundencia que en su gobierno. Quizás sea por el menor impacto mediático de esta medida.
Los números del PP
A excepción de la legislatura de 1979-1982, el PP ha contado con una proporción menor de diputadas en su grupo parlamentario. Esto es así a pesar de tener un mayor porcentaje de afiliadas en su partido en comparación con el PSOE. Esta menor presencia de mujeres entre las filas conservadoras no es algo aislado de nuestro país. Desde donde les escribo, el Partido Conservador sólo cuenta con un 8% de diputadas en Westminster, mientras que en el Partido Laborista este porcentaje es del 29%. La menor presencia de mujeres en el parlamento británico se podría explicar en parte por su sistema de electoral (en el Reino Unido sólo se presenta un candidato por distrito). Si ponemos mucha imaginación y aplicamos el sistema electoral británico a España (p.e. 50 distritos donde sólo se presentaran los candidatos que encabezan la lista electoral), sólo habría un 10% de diputadas en el grupo popular. Esto se debe a que las listas de las circunscripciones donde el PP es fuerte siguen mayoritariamente encabezadas por hombres. Aunque se trata de un escenario hipotético bastante aventurado, éste parece indicar que el sistema de listas -como el español- permite a los partidos colocar mujeres en el parlamento con mayor facilidad.
Faltan el legislativo y el judicial
En nuestro país, el ritmo de inclusión de las mujeres en la política profesional es similar (y en el caso del Gobierno sin duda superior) a las tasas de participación de las mujeres en el mercado de trabajo. En la actualidad, nuestro Congreso de los Diputados es casi un fiel reflejo de la situación de las mujeres en el mercado laboral de nuestro país, pero el poder ejecutivo (si sólo contamos el Consejo de Ministros) está en la vanguardia en cuanto a la igualdad de género se refiere. No hay duda que el “gobierno rosa” de Zapatero supone un avance notable en este campo, pero esto no debería hacernos olvidar que las mujeres siguen infrarepresentadas en los poderes legislativo y judicial. En este último, la presencia de mujeres es pura casualidad: de los 20 miembros de su órgano directivo sólo dos son mujeres. Lamentablemente, aún queda mucho camino por recorrer.
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