Si algo he aprendido en estos casi dos meses en EEUU es que a los americanos les gusta hacer listas... para todo. Cosas que hacer antes de los treinta; Cosas que hacer antes de morirse; Sitios que visitar en los próximos años; Los diez mejores discos de la historia, etc. Lo que surgió como una buena estrategia comercial para hacer competir los productos entre sí, y a la vez vender largas listas de estos al consumidor ansioso por 'realizarse', se convirtió pronto en todo una manera de ver el mundo y un verdadero estilo de vida.
Porque pensad, ¿¿qué teníamos muy estructurado en nuestra mente para que la llegada de esta sencilla estrategia de vendernos clasificaciones (y de obligarnos a clasificar nuestro mundo en orden de preferencias, reduciéndolo necesariamente)?? La religión, ni más ni menos.
Durante tres mil años nos han adoctrinado a aprender credos y mandatos divinos, siempre listados, aunque en el sentido negativo: no matarás, no ansiarás la mujer de tu vecino, no pronunciarás el nombre de dios en vano. ¿No es más atractivo, dicen los psicólogos y los expertos en titular noticias, darle la vuelta al mandato y ponerlo en positivo? ¡De repente, un mundo nuevo de cosas que necesitar tener o hacer se abre ante tí, y da completo significado al resto de tu vida! ¿No es maravilloso? Bienvenidos a la religión del consumo *err* ¡Bienvenidos a América!
Me sorprende mucho que alguien haya llegado hasta aquí después de mi particular y gratuita ida de olla, pero vamos, se agradece que os unáis a mi en esta peculiar forma de procrastinar.
No espero comentarios... y sí, la foto no tiene nada que ver con el texto, pero el tiro al mostacho es mi deporte onanista.
Porque pensad, ¿¿qué teníamos muy estructurado en nuestra mente para que la llegada de esta sencilla estrategia de vendernos clasificaciones (y de obligarnos a clasificar nuestro mundo en orden de preferencias, reduciéndolo necesariamente)?? La religión, ni más ni menos.
Durante tres mil años nos han adoctrinado a aprender credos y mandatos divinos, siempre listados, aunque en el sentido negativo: no matarás, no ansiarás la mujer de tu vecino, no pronunciarás el nombre de dios en vano. ¿No es más atractivo, dicen los psicólogos y los expertos en titular noticias, darle la vuelta al mandato y ponerlo en positivo? ¡De repente, un mundo nuevo de cosas que necesitar tener o hacer se abre ante tí, y da completo significado al resto de tu vida! ¿No es maravilloso? Bienvenidos a la religión del consumo *err* ¡Bienvenidos a América!
Me sorprende mucho que alguien haya llegado hasta aquí después de mi particular y gratuita ida de olla, pero vamos, se agradece que os unáis a mi en esta peculiar forma de procrastinar.
No espero comentarios... y sí, la foto no tiene nada que ver con el texto, pero el tiro al mostacho es mi deporte onanista.
Etiquetas: amerika
0 Respuestas a “Mis diez mejores...”