Medios: "Qué mala que es la policía"
12 Ocurrencias Escrito por Alex Guerrero el 2.5.07 a las 15:44.
Segundo día de disturbios en Malasaña (Madrid) y a El País no se le ocurre otra cosa que reescribirlo como el Infierno de Dante y ponerlo en portada. Parece que soltaron a unos polícias sanguinarios y hambrientos de sangre anoche, y arrasaron con inocentes ciudadanos a diestro y siniestro. El artículo reúne todas las características del periodismo tendencioso: toma partido y describe la realidad de manera favorable a uno de los bandos. No os lo perdáis.
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Actualización: Desconocía el fondo de los incidentes del día anterior. Desde hace dos o tres años, en la Plaza 2 de Mayo no se celebra la fiesta del mismo nombre, debido a un acuerdo entre el ayuntamiento y los vecinos (¿democracia participativa?). Ese día anterior, se armó la marimorena debido a que a la gente le dió igual y se concentró allí, y varios policías resultaron malparados. ¿Era el día después el día de la vendetta? ¿la "caza del joven"? Si así fuera, y tengo un compañero de la March totalmente inocente que resultó herido, espero que se tomen medidas para examinar qué pasó. Y si no, es desde luego una gran y oportuna aportación a la campaña de Miguel Sebastián.
(Y animo a todos los que observaran lo que sucedió en directo a postear su visión del asunto en los comentarios)
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Etiquetas: medios
ostras alex! acabo de leer un mail de un compañero de la Juan March que fue víctima de esos policias sanguinarios... Su relato pone los pelos de punta!
Mira Lluis, no sé. Cuando ganó el Barça la copa de europa, unos cuantos amigos lo celebramos en la Cibeles (pero no en la estatua, sino en las inmediaciones, que nadie quería cometer ilegalidades, sólo expresar júbilo). Después de un rato, alguna gente se había desplazado a Neptuno, así que dimos un paseo hasta allá por los jardines, y cuál fue nuestra sorpresa cuando una manada de gente, en plan ñúes, corría en nuestra dirección: carga policial! Obviamente yo me encontraba ahí y no tenía nada que ver con los altercados (probablemente algún cretino trató de subirse a la estatua). Pero en la huida, un mal salto y me lesioné la rodilla. Durante dos semanas apenas pude caminar.
El periodista de El País habla de contenedores ardiendo, barricadas y caos. Y parece que sean los policías, en plan Jinetes del Apocalipsis, los que asaltaron el barrio y lo pusieron en llamas. He sido vecino de ese barrio varios años, y desde luego los adolescentes que por ahí transitan -y con los que coincido escuchando la misma música y acudiendo a los mismos locales y conciertos- son de todo menos civilizados.
Imagino que en medio de la turba la policía no fue nada discrecional en la reacción -¿represión?-, pero unas barricadas, botellas volando o contenedores ardiendo no se forman espontáneamente, como sugiere el periodista de El País. Siempre habla en IMPERSONAL acerca de ello, como si dijera "y entonces llovió", para a continuación describir minuciosamente las consecuencias de la reacción policial.
Yo no estuve ahí. No puedo juzgar el nivel de desproporción policial. Pero el artículo me quiere dar a entender algo como si fuera tonto y no me gusta eso en un medio serio. Para eso me quedo en Fox News o la Cope.
Alex,
supongo que tienes razón cuando dices que el artículo no es demasiado objetivo (toda la razón en cuanto a lo que señalas en el uso del impersonal) Sin embargo, creo que es el resultado de intentar abrir un tercer protagonista en este escenario; y es que me da toda la impresión de que, como bien señalas, los grupos de tarados mentales dedicados al "salvajismo urbano" no son precisamente espontáneos ni habituales de Malasaña. Da más bien la impresión (atendidendo a la cronología de los altercaddos) de que se trata de gente que, tras el despliegue de policía local del primer día, a primera hora, para impedir la celebración de las fiestas en la calle, aprovechó la bronca para hacer el salvaje (¡Y qué duda cabe, de una forma brutal!)
Sin embargo, hay dos cosas que me llaman la atención, bien en el fondo como en la forma. Para empezar, me resulta difícil comprender que, siendo una zona en la que cada semana se hace la fiesta en la calle, decidan precisamente hacer una redada masiva (50 coches de policía, al parecer, llegaron junto con un montón de agentes, por las dos salidas naturales de Malasaña) el fin de semana en que el barrio está en fiestas y, por tanto, abarrotado de gente. ¿No es una demostración de fuerza un tanto absurda -mucho más ayudaría a los vecinos un despliegue menor pero más efectivo cada semana- casualmente a un mes escaso de las elecciones?
La segunda cuestión es que, una vez tomada la decisión, ¿cómo es posible que haya habido una planificación nefasta? Porque las imágenes no parecen dejar lugar a dudas, con unos policías completamente atemorizados -cosa normal, viendo lo equipados que estaban- parapetados detras de cajas de cartón para, a continuación, correr completamente desbocados, golpeando y pegando patadas a la gente que iban encontrando por el suelo. Desde luego, no parece haber que les vayan a dar la medalla a la carga policial del año.
En fin, de todas formas ya os contaré qué dice la gente que lo ha vivido en 1ª persona, pues yo afortunadamente estaba en Londres este fin de semana. ¡Un saludo!
http://www.elpais.com/yoperiodista/articulo/Periodista/Cargas/fiestas/Mayo/elpepuyop/20070502elpyop_6/Ies
Chicos, os dejo aquí este enlace que acabo de encontrar en la sección "Yo, Periodista" de El País. Con independencia de lo que cuente el chico que ha redactado el texto, lo que sí se aprecia es que la calle estaba completamente abarrotada. En fin, no sé qué pensaréis, pero a mí me parece bastante irresponsable la actuación de quien mandó a la policía a cercar la zona, a tenor de estas imágenes.
Por otra parte, perdonad los errores del cometario anterior. Por alguna razón no puedo ver la versión preliminar, y a estas horas me cuesta un montón siquiera distinguir las letras de la pantalla :) Un saludo y enhorabuena por la página.
alex, me parece que lo que te ocurrió a ti en la plaza de Neptuno no tiene punto de comparación con lo que nos ha contado Jan que vivió en primera persona en Malasaña. Yo misma he estado en muchas manis y he sido testimonio de cargas policiales, y me han acorralado en plazas, pero nunca he visto algo como lo que nos cuentan de Malasaña. Me parece que está bien que el País se posicione en contra de la policía en este caso, ya que ningún otro medio parece estar haciéndolo. Y criticar ésto por razones electoralistas me parece de una cierta frivolidad.
No sé. Que sabemos que el País es como es. Pero que se sepa también como son algunos de nuestros cuerpos policiales (más parecidos a manadas de perros que a humanos) y que podamos decidir si los queremos así o no.
Ah, y eso, que dudo que lo ocurriera ayer mejore la convivencia nocturna en este barrio...
Os pongo el artículo que envié para el País, sobre lo que me pasó a mí ese día:
Habeas corpus, tu puta madre…
La noche del martes, 1 de mayo de 2007, quedé con unos amigos que me querían enseñar su lugar de salida favorito, un “garito” llamado el Sideral, situado en la Plaza de San Ildefonso, conocida popularmente como la Plaza del Grial. Un amigo mío residente del barrio de Malasaña me acompañó hasta dicho local y, después de dejarme con mis otros amigos, se volvió a su casa. Estuvimos bailando y bromeando hasta que cerraron el local.
Salimos a la calle y cuál fue nuestra sorpresa, al ver que, a nuestra derecha, se había posicionado un grupo de policías municipales, formando una barrera, impidiéndonos pasar a la Plaza de San Ildefonso. Observando que el ambiente estaba enrarecido, nos dirigimos a los agentes con el fin de preguntarles por dónde podíamos salir sin sufrir peligro alguno, ya que hasta aquel momento no nos dimos cuenta, de en qué situación se encontraba sumido el barrio. Nos indicaron que bajásemos la calle, hacia Fuencarral, pero a los pocos pasos nos encontramos con un grupo de antidisturbios que subía, encerrándonos entre dos frentes.
Proseguimos nuestro camino, situándonos en el lateral, para no encontrarnos de frente con ellos. Me acerqué cuidadosamente a una agente, preguntándole por dónde podíamos pasar y nos indicó que bajásemos. Cuando ya estábamos superándolos, sin mediar palabra, empezaron a increparnos y a golpearnos. Cómo licenciado en Ciencias Políticas, invoqué el “Habeas Corpus” pensando que eso me salvaría de la paliza. Pero rápidamente choqué con la cruda realidad. Más bien, fue la porra de un agente la que chocó contra mi cuerpo, al grito de: “¡Habeas Corpus, tu puta madre!” La mayoría de las demás personas que habíamos salido del local estaban siendo golpeadas también.
Entre la preocupación por mis compañeros y el instinto de supervivencia, seguimos bajando la calle hasta llegar a Fuencarral, pero los agentes no dejaban de perseguirnos. Nosotros no habíamos salido corriendo, probablemente pensando que se calmarían y nos dejarían marchar, pero no fue así. Siguieron golpeándonos con brutalidad. Conseguimos dejarlos atrás y seguimos caminando, sorprendidos por la situación. Encontramos a otra gente por la calle que nos preguntaba cómo estábamos y nos contaban que ellos también habían sido agredidos sin causa alguna.
Al poco tiempo me percaté de que mis amigos se habían quedado atrás. Estaban parados mirando la actuación de las fuerzas de seguridad. Tiré de ellos, señalándoles la poca idoneidad de quedarse más tiempo allí. A uno de los nuestros, probablemente el caso al que se refiere Abel Grau en su artículo de “el País”: “Malasaña, barrio sitiado”, le habían golpeado en la cabeza y estaba furioso: El peor parado ha sido un chico al que le han abierto un corte en la cabeza que sangraba abundantemente. Se ha quejado a gritos pero sus compañeros han tenido que llevárselo a la fuerza porque se acercaban los agentes. Entre un amigo y yo, difícilmente conseguimos que avanzase y profirió todo tipo de insultos contra los que le habían causado tales heridas. No obstante, sin percatarnos, ya estábamos de nuevo corriendo, puesto que la policía volvió a cargar.
En ese momento nos dispersamos. Mis amigos siguieron corriendo recto, mientras yo me metí en la calle de la Beneficencia, donde me topé con un grupo de jóvenes, al cuál avisé de salir lo antes posible de ahí, explicándoles que la policía estaba cargando sin miramientos contra todo transeúnte. Fuimos caminando por la calle de Larra, hasta que, delante de la discoteca “Pachá”, topamos con otros agentes. Las chicas se acercaron a los agentes preguntándoles por dónde podíamos ir sin que nos pasase nada. Y dos de los policías, esbozando una sonrisa cómo si dicha cuestión fuese divertida, nos indicaron seguir por la calle de Larra. Llegamos a Sagasta, dónde nos volvimos a topar con un grupo de agentes. Dejamos que pasasen, y cruzamos rápidamente a la otra acera por dónde pudimos. Al volver la vista atrás, ese grupo de policías ya estaba increpando a otro grupo de jóvenes. Nos alejamos del peligro y fue entonces cuando me percaté de las heridas que había sufrido. Antebrazo izquierdo magullado, el brazo derecho al completo, la pantorrilla derecha y en la parte trasera del muslo izquierdo, aunque de estas dos, sólo me percaté al salir del hospital. Mientras íbamos caminando intenté localizar a mis amigos para conocer su estado. A excepción de uno, que era el que había sufrido los golpes en la cabeza, el resto se encontraba bien, hematomas aparte. Uno me contó que mientras huían, había ayudado a una chica a escapar de cuatro policías que la habían acorralado. Aparte de los pertinentes golpes, le multaron. Me contó que por suerte, un periodista de “el País” estaba presenciando la escena y les ofreció su ayuda. Le dije que le volvería a llamar más tarde.
Mis acompañantes me indicaron que debía acudir a un hospital, para obtener un parte de lesiones y poder denunciar la atrocidad cometida. Seguí sus consejos y acabé llegando al Hospital Clínico San Carlos. Ya en la entrada me encontré con tres jóvenes que habían vivido una situación similar. Y en el interior del centro hospitalario había muchos más. Una pareja joven italiana que había salido de casa de unos amigos en Gran Vía habían sufrido diferentes heridas. A otro le habían puesto una grapa en la cabeza, debido a un profundo corte que le habían provocado. Una chica, menor de edad, no se atrevía a llamar a sus padres a pesar de haber recibido varios golpes en todo el cuerpo. Otro chico me enseñó la pelota de goma que le habían disparado, sobre la cuál había una cara sonriente pintada con los dientes afilados. Hablando con los médicos y enfermeras me enteré de que ya llevaban varias horas atendiendo heridos. Después de hacerme las pertinentes radiografías y constatar que únicamente tenía unas cuantas magulladuras, de las que tardaría pocos días en curarme, salí del hospital y caminé hasta Moncloa, donde cogí el metro que me llevó a casa. Nada más llegar me limpié las heridas, me apliqué las pertinentes curas y me eché a dormir, cansado y sobre todo indignado y ultrajado.
Este mediodía, al despertar, les he narrado lo ocurrido a mis compañeros de piso, que se han quedado estupefactos. Hemos puesto la televisión para ver qué decían en los noticiarios sobre lo ocurrido y cuál ha sido mi disgusto al ver cómo los medios de comunicación han ofrecido una versión adulterada y sesgada de los hechos acontecidos. En breves momentos me desplazará a los tribunales de Plaza Castilla a presentar la pertinente denuncia, a pesar del poco peso que pueda tener.
Jan
Anda que esta línea tiene lo suyo: "que se sepa bien como son nuestros cuerpos policiales (más parecidos a manadas de perros que a humanos)"
¿Todos? ¿Así en general, Laia?
Gracias Jan por postear tu carta. Quería hacerlo porque es muy ilustrativa, pero me parecía que igual violaba tus "derechos de autor" sin pedir permiso :)
Lo de Jan no tiene nombre!!! con tu permiso el texto se merece una entrada propia!!!
Lo malo de estas situaciones es que sin "el número de placa" es difícil acusar a nadie, y además, a ver cuando te lo dan...
Mi punto respecto al artículo de El País no era que no hubiera habido desproporción policial o acciones indiscriminadas, puesto que múltiples testigos aquí y en el artículo lo confirman. Mi punto era que la notícia no trataba justo el otro lado... de donde provenía que la policía estuviera reprimiendo de esa manera. Y la teoría de "porque son perros hambrientos de sangre" no me vale, ni la analogía, que a los perros me los quiero mucho. Hubo barricadas, pequeños incendios y batallas campales a botellazo limpio. ¿Quienes eran?
alex, listo, me refiero a los policías que cargaron en Malasaña. evidentemente que no me refiero a todos los policías de este país, o todos los del planeta.
los que hemos estado en manis sabemos perfectamente como actúan la mayoría de veces los antidisturbios. y sabemos que muchos van drogados a la hora de ejercer su labor. o sea que sí, a veces, parecen manadas de perros hambrientos en vez de humanos. reitero.
no sé, a veces me molesta que parezca que siempre tengamos que estar defendiendo "al otro". en este caso, al lado de la policía, que nadie a defendido en los medios. bueno, es que quizás no haya motivos para defenderlos...1) porqué su actuación no fue correcta; 2) porqué tienen un amparo judicial que los ciudadanos corrientes no tienen, y por lo tanto ya están lo bastante defendidos como para que encima les tengamos que dar "la voz".
no sé, espero que entendáis lo que quiero decir.
salud,
Ni siquiera me parece que se deba generalizar respecto a los policías de Malasaña. Habrá de todo. Y yo no los estoy defendiendo en ningún momento. Sólo digo: hay un artículo sesgadísimo de El País que llamó mi atención, y no habla del otro bando nada.
Es más, volviendo a los policías: después de los juicios del 11M quedó patente que los policías, como el resto de seres humanos, tienen ideologías diversas y muchas veces actúan siguiendo instrucciones políticas, y otras tantas se las pasan por el forro, y otras muchas actúan contra esas instrucciones sólo porque detestan al incumbent.
Es un asunto complejo que nada tiene que ver con la experiencia personal de cada uno, sino con el enfoque sesgado de la noticia, que coincidirás conmigo criticable. Debería ir en la sección opinión y no en noticias.
Distintos enfoques para ¿una? misma verdad:
- ABC: Vecinos y comercios de Malasaña reclaman más presencia policial los fines de semana.
- Diario de León: Una nueva batalla campal en el barrio de Malasaña provoca 65 heridos: Los vecinos, divididos entre quienes culpan a los alborotadores o a las fuerzas del orden.
- Terra: Grupos radicales convocados por SMS provocan otra noche de caos en Malasaña: Juraron venganza, y lo cumplieron.
- El País: Malasaña, Barrio Sitiado, Reportaje: Caos en el Centro (La batalla de Malasaña), Dos de Mayo de 2007: Centenares de jóvenes se enfrentan por segundo día a la policía en el barrio de Malasaña - La madrugada terminó con 46 heridos, ocho detenidos, coches quemados y gases lacrimógenos.
Especialmente el último artículo de El País, que va minuto por minuto relatando toda la acción (obviamente, con las limitaciones de no ser omnisciente), es bastante revelador: los problemas de coordinación de las unidades de policía, los incidentes que se agrandan en forma de incendios de vehículos, los ataques desproporcionados contra gente que pasaba por allí, etc. Ahí, a diferencia del otro artículo, están , al fin, informando...