Ayer fue el Día Mundial del Donante de Sangre. Sé que estos "días mundiales" son bastante irrelevantes y que -aparte del día mundial del friki tienen pocos efectos sobre la vida real. Sin embargo, he querido hacer mención a este día porqué me parece que es importante que entre todo/as reflexionemos sobre la relevancia de este acto de solidaridad que es el de donar sangre.
Como todos sabéis, y sin ánimo de ponerme demasiado dramática, yo debo mi vida ahora mismo a almenos cinco personas (estadounideneses y europeos) que dieron sangre en un momento determinado. Sin las transfusiones que recibí hace pocos meses no creo que hubiese podido superar la eritoblastopenia (ausencia de glóbulos rojos) que sufría. Estoy super agradecida a estos donantes anónimos, y me parece que deberían sentirse super orgullosos de haber realizado el acto de donar sangre. Gracias!
Cuando me encuentre bien y esté cualificada para donar sangre otra vez, no dudaré en hacerlo a menudo. Y lo haré como acto de solidaridad, pero también de egoísmo: cada vez que me saquen sangre, me sentiré feliz de estar ayudando a otro ser humano. Y es que dar sangre no es un acto insignificante, dar sangre es dar vida, y esto es, sin duda alguna, de lo máximo.
En palabras de la Ministra de Sanidad, Elena Salgado, en "El Matí amb Josep Cuní" ayer: "En España no hay consciencia de hasta que punto es importante donar sangre". Si bien se trata de un país solidario -a nivel de transplantes, por ejemplo- no lo llega a ser demasiado respecto a la donacion de sangre. Así que amigos, ya sabéis que nos toca...
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